1. Una playa nudista y...


    Fecha: 16/12/2025, Categorías: Hetero Autor: Angel Perverso, Fuente: CuentoRelatos

    Todo el mundo tiene alguna idea en la mente que nunca se ha atrevido a hacer, ya sea por vergüenza, por miedo al “qué dirán” o simplemente porque no lo ven propio de uno mismo y se descarta, pensando que pese al deseo, te vas a encontrar incómodo. Un fin de semana de verano, yo me decidí a romper mi tabú personal.
    
    Siempre había deseado ir a una playa nudista, pero nunca me había atrevido porque ningún amigo o amiga quería venir. Así que un sábado, prontito por la mañana, decidí ir yo solo. Me había informado donde estaban las playas nudistas en la costa mediterránea, y cuando me decidí por una, subí a mi coche, cargué en el maletero una toalla, algo de crema protectora y una mochila para guardar mi ropa, y allí que me fui.
    
    Al cabo de hora y media de carretera, por fin llegué a mi destino. Aparqué delante de un cartel en el cual estaba escrito estas dos palabras que me hicieron ponerme bastante nervioso, y pensar en volverme por donde había venido…”ZONA NUDISTA”. Me quedé un rato en el coche, decidiendo que hacer, hasta que por fin me hice el ánimo, y salí del coche. Me desnudé, y una vez había agarrado mi toalla y la crema protectora, cerré bien el coche y me adentré en la playa.
    
    Aquello era desde luego una experiencia totalmente nueva para mí…Todo el mundo andaba, tomaba el sol, jugaba a las palas, al volley… ¡Pero desnudos! Aunque era algo esperado, no dejó de sorprenderme… Hasta ahora había ido a las playas “textiles” donde todo el mundo llevaba su bañador, ...
    ... las mujeres su bikini… Pero ahí estaba rodeado de cuerpos desnudos, incluyendo también mujeres muy atractivas. Eso produjo en mí una reacción que no había esperado.
    
    De repente empecé a tener una fuerte erección, y una sensación entre miedo y vergüenza se apoderó de mí. Muy apurado, estiré mi toalla en el suelo, y me tumbé boca abajo, procurando disimular. Intenté ponerme crema en la espalda, sin mucho éxito ya que no llegaba bien, y menos tumbado en el suelo, de forma que lo único que hice fue desparramar algo de crema sobre mí.
    
    -“¿Te ayudo?”
    
    Una voz femenina se dirigía a mí, y sin esperarlo, unas manos suaves empezaron a dispersar la crema por mi espalda, por mis hombros, mi nuca, y mi culo… Cuando noté eso último, me giré algo sobresaltado, y ahí estaba ella. Una chica joven, bastante morena de piel, pelo moreno con mechas rubias y unos ojos que me miraban de forma divertida. Evidentemente, estaba desnuda, mostrando ante mí dos tetas grandes, turgentes, con pezones rosados, y aunque estaba en cuclillas, se podía distinguir una delicada mata de vello que se perdía entre sus piernas, bien contorneadas y que hacían intuir un culito turgente…
    
    “Hola” -dijo sonriendo, divertida- “Me llamo Mika ¿Eres novato por aquí verdad? Lo digo por tu forma de ponerte crema, apuesto a que estás haciendo agujeros para poner sombrillas, jajaja!”
    
    Ante esa carcajada, yo no pude evitar reírme también, aún sorprendido por su espontaneidad y tranquilidad, viéndome ahí tumbado en una ...
«123»