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Puro latino 2023
Fecha: 17/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Historiador, Fuente: CuentoRelatos
... solo bailar un poco con alguien más. Verte moverte, observarte. Nada más. Lidia soltó una carcajada. —Ah, claro, solo eso —dijo con ironía. Jose levantó las manos en gesto inocente. —No tienes que hacerlo si no quieres. Solo digo que… estamos en un sitio perfecto para ello. Nadie nos conoce aquí. Lidia lo miró durante unos segundos más, analizando sus palabras, el brillo expectante en sus ojos. Y aunque sentía una ligera inquietud, también notaba ese cosquilleo travieso en la piel. —Veamos cómo avanza la noche —dijo finalmente, sin comprometerse del todo. Jose sonrió satisfecho mientras el ritmo de la música subía y la multitud se sumía cada vez más en la locura del festival. Durante los siguientes días comprobaron que el festival era un hervidero de energía. Durante el día, el calor del sol pegaba fuerte sobre las lonas de las tiendas, y las duchas improvisadas en el camping eran un desfile de cuerpos brillantes de sudor y agua fría. Pero era de noche cuando todo cobraba un aire más eléctrico, cuando las luces de los escenarios y el alcohol en las venas hacían que las miradas fueran más atrevidas y los cuerpos se movieran con menos inhibición. Lidia lo sabía. Y le gustaba. Había crecido acostumbrada a que los hombres la miraran, pero en aquel ambiente, donde la ropa se reducía a lo mínimo necesario para soportar el calor, lo notaba más que nunca. Sus shorts eran tan cortos que dejaban ver la parte baja de sus glúteos, firmes y redondos por ...
... años de natación. Su top de tela fina dejaba poco a la imaginación cuando la brisa nocturna soplaba en la dirección correcta, insinuando la silueta de sus pechos, lo justo para que las miradas se detuvieran ahí unos segundos más de lo normal. Y luego estaba el pequeño detalle que a muchos les llamaba la atención sin que ella hiciera nada: el piercing que adornaba uno de sus pezones, marcándose sutilmente bajo la tela cuando la temperatura jugaba en su contra. —Dime que lo haces a propósito —le susurró Jose una noche, mientras se inclinaba para hablarle al oído. —¿El qué? —preguntó ella, haciéndose la inocente. —Ese jueguecito de meterte entre los grupos de chicos cuando bailas. Lidia sonrió sin responder. La verdad era que sí, lo estaba disfrutando. Era como jugar con fuego sin quemarse… aún. Se acercaba a ellos, se deslizaba entre los cuerpos sudorosos, sintiendo cómo la mirada de algunos se detenía en sus piernas largas, en la curva perfecta de su espalda al moverse al ritmo de la música. Los comentarios no tardaron en llegar. Algunos chicos intentaban ser discretos, pero otros lo decían sin filtro, animados por el alcohol y la excitación del ambiente. —Joder, vaya piernas tiene la rubia… —escuchó murmurar a alguien detrás de ella en un concierto. —Y vaya culo, tío, parece esculpido. —¿Se habéis dado cuenta del piercing? Dios… qué morbo. Lidia no reaccionó, pero sintió el calor subirle por el cuello. Sabía que Jose había escuchado también, porque su ...