1. Mi tía Marisol


    Fecha: 18/12/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Incesto Autor: Timido25, Fuente: SexoSinTabues30

    Luis se sentó en el sofá de la sala, jugueteando con el control remoto de la televisión. La casa de su tía Marisol estaba en silencio, solo interrumpida por el suave murmullo del aire acondicionado. Era un sábado por la tarde, y había aceptado la invitación de su tía para pasar el fin de semana con ella mientras sus padres estaban fuera de la ciudad. A sus veinte años, Luis aún se sentía incómodo en situaciones sociales, especialmente con alguien tan extrovertida como Marisol.
    
    Marisol, a sus treinta y dos años, era una mujer que irradiaba confianza y sensualidad. Su cabello castaño, que caía en ondas suaves sobre sus hombros, enmarcaba un rostro que parecía desafiar el paso del tiempo. Siempre coqueta, vestía con un estilo que resaltaba su figura esbelta y sus curvas pronunciadas. Luis no podía evitar sentir una mezcla de admiración y nerviosismo cada vez que estaba cerca de ella.
    
    —¿Quieres algo de beber, Luis? —preguntó Marisol, apareciendo en la entrada de la sala con una sonrisa seductora. Llevaba un vestido ajustado que acentuaba su cintura y sus pechos generosos, y Luis sintió que sus mejillas se sonrojaban al levantar la mirada.
    
    —Eh, no, gracias, estoy bien —respondió, tratando de mantener la compostura.
    
    Marisol se acercó al sofá, moviéndose con una gracia felina que no pasó desapercibida para Luis. Se sentó a su lado, demasiado cerca para su comodidad, y él pudo sentir el calor de su cuerpo. El aroma de su perfume, dulce y embriagador, llenó sus sentidos, ...
    ... y de repente, el aire se volvió más pesado.
    
    —¿Seguro? —insistió ella, su voz baja y ronca—. Pareces un poco tenso. Tal vez un trago te ayudaría a relajarte.
    
    Luis tragó saliva, consciente de que su tía estaba coqueteando con él. Era absurdo, por supuesto. Marisol era su tía, una mujer mayor, y él solo era un joven tímido e inexperto. Pero la forma en que lo miraba, con esos ojos oscuros y llenos de intención, lo hacía dudar de todo.
    
    —No, en serio, estoy bien —repitió, su voz apenas un susurro.
    
    Marisol sonrió, una sonrisa que parecía saber algo que él no. Extendió su mano y rozó suavemente el brazo de Luis, haciendo que un escalofrío recorriera su columna vertebral.
    
    —Vamos, Luis —dijo, su voz ahora más suave, casi un susurro—. No tienes que ser tan tímido conmigo. Somos familia, ¿no?
    
    La palabra«familia» resonó en la mente de Luis, pero en ese momento, parecía tener un significado completamente diferente. Marisol se inclinó hacia él, su aliento cálido rozando su oreja, y él contuvo la respiración.
    
    —Además —continuó ella, su voz ahora un susurro seductor—, siempre he pensado que los chicos tímidos son los más interesantes.
    
    Luis no sabía qué decir. Su mente estaba en blanco, excepto por la imagen de Marisol sentada tan cerca de él, su cuerpo presionando contra el suyo. Podía sentir sus pechos contra su brazo, y su corazón latía con fuerza en su pecho.
    
    Marisol se alejó ligeramente, pero no lo suficiente. Sus ojos se encontraron con los de Luis, y él vio ...
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