1. Insaciable


    Fecha: 21/12/2025, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    A raíz de leer muchas de tus historias y otros autores me gustaría intentar tener sexo con mi hija, no se si puedas ayudarme.
    
    Su nombre es Tania
    
    Somos de Perú
    
    Mi nombre es Gustavo
    
    Tengo 47 años y ella 23
    
    Soy divorciado y cuando mi hija cumplió los 18 se mudó conmigo.
    
    Su madre y yo nos separamos hace 10 años cuando ella tenía 13 años.
    
    Solo somos ella y yo en casa.
    
    Ella estudia en la universidad, está en su último año de la carrera de historia.
    
    Yo trabajo casi todo el día, por lo que solo coincidimos un rato en la mañana a la hora de desayunar y en la cena, así como fines de semana.
    
    Somos muy cercanos, pero normal, un abrazo de vez en cuando, besos en las mejillas, y salidas a algunas reuniones familiares, pero solo eso y la verdad se parece mucho a su madre cuando era joven y esta comenzando a prenderme cuando la veo en pijama por la casa.
    
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    Me facilitó el correo electrónico de su hija, yo me puse en contacto con ella y después de intercambiar muchos correos y con muchas dudas por su parte, conseguí que aceptara tener sexo con su padre, pero siempre que fuera el el que tomará la iniciativa.
    
    Yo se lo comuniqué al padre y el, aunque muy nervioso, me dijo que estaba decidido a hacerlo.
    
    Al parecer se atrevió a dar el primer pasó, estando sentado en el sofá del salón, con su hija dormida apoyando su cabeza sobre sus piernas esto fue lo que me contó :
    
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    Hola ...
    ... Tomas, te cuento lo que me pasó con mi hija.
    
    Estábamos sentados en el sofá del salón viendo televisión y mi hija se quedó dormida con su cabeza apoyada en mis piernas y pues yo me dije:
    
    Ok es ahora o nunca.
    
    Me siento culpable por tocar a mi bebé mientras está dormida, pero no aguanto las ganas de tocarlas esas piernas y ese culo, y ver así sus pezones marcados me está poniendo la verga durisima.
    
    Que pase lo que tenga que pasar, aunque espero no se despierte, no se como reaccionaria ella.
    
    Mientras estaba recostada sobre mis piernas y confirme que estaba dormida, comencé a tocar sus piernas y no hizo nada.
    
    Vi que se marcaban sus pezones y comencé a frotarselo sobre su blusita y se pusieron más duros y parados.
    
    Como vi que seguía dormida bajé el tirante y en efecto no llevaba brasier.
    
    Tiene unos pezones rosarinos deliciosos, puntiagudo.
    
    Me calenté mucho y no aguanté, llevé mis manos hacia su culo y subí su faldita.
    
    Mi dios, llevaba unos cachetes de encaje que se clavaba entre su culo, así que intenté hacerlo a un lado para sentir su coñito y sentir su calor.
    
    Me dio miedo porque se movió y pensé que se había despertado o se estaba haciendo la dormida, porque de repente se acomodó y su coñito quedó más al alcance de mis dedos, así que comencé a frotar su coñito y estaba húmedo.
    
    Me volví loco y metí mi dedo, pero en eso se despertó, solo alcanzó a decir:
    
    – Papi que me haces?
    
    Se levantó y salió hacia su cuarto sin decir otra ...
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