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Lo que comencé como un juego con mi hijo, lo llevé hasta las ultimas consecuencias del poder.
Fecha: 21/12/2025, Categorías: Dominación / BDSM Hetero Incesto Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30
Desde que me quedé viuda, tuve que además de ser la proveedora de la casa, dedicarme no tan solo a administrar, sino también a supervisar a mi hijo, ya que, al morir su padre, se había querido convertirse en un rebelde sin causa. A las pocas semanas de la muerte de mi esposo, mi hijo le dio por comenzar a llegar tarde, y como tengo un carácter muy fuerte, de inmediato se lo reclamé, lo gracioso fue que mi hijo, trató de salirme machito, es decir creyó que, con sus dieciocho años, con levantar su voz bastaría para que yo lo dejase en paz. Pero se equivocó, ya que él no se esperaba que yo le diera una fuerte bofetada, es cierto que la mano me quedo ardiendo, pero él de inmediato se calló la boca, y mientras se sobaba el cachete, se me quedó viendo con sus ojos, como preguntándome. ¿Y yo que hice? No sé si fue la manera en que mi hijo se me quedo viendo, la cara que puso, o el hecho que yo le sonara esa tremenda bofetada, lo que hizo que yo, en lugar de arrepentirme por haberle pegado, le dijera. “Desde ahora en adelante, no se te ocurra llevarme la contraria, o la vas a pasar mal.” Eso bastó, y sobró para que mi hijo, bajara el rostro, y apenas le escuché decirme. “Como tú digas mamá.” de inmediato sentí algo raro que recorría todo mi cuerpo, una excitación que nunca antes había sentido. Le dije que se fuera a su habitación, que luego le llamaría, para hablar con él, y como perrito regañado, con el rabo entre las piernas, me obedeció, y sin decir nada más, se fue a su ...
... habitación. Yo tras servirme un buen trago de ron, me fui a mi habitación, y comencé a desvestirme al mismo tiempo que me daba uno que otro trago de ron, pero al verme en el espejo, tras darme un trago, me dije a mi misma. “Has sido un poco fuerte con el chico.” De momento me acordé que mi difunto esposo, guardaba un fuete de montar, entre sus cosas, y la primera idea que me vino a la cabeza, fue regalárselo a mi hijo, bueno al fin, y al cabo era parte de la herencia que le había dejado su padre. Así que agarré el fuete y tal como me encontraba, en pantis, y con la blusa del conjunto que tenía puestos, me fui a la sala y llamé a mi hijo, quien de inmediato se presentó ante mí, únicamente con sus interiores puestos, al parecer se encontraba quitándose su ropa para darse una ducha. Quizás fue el verlo así, que la idea de entregarle aquel fuete, desapareció de mi mente, y lo que me provocó fue después de darme otro trago, ver que tan obediente podía a llegar a ser mi hijo. Sin soltar el fuete, y golpeándolo ocasionalmente contra la palma de mi mano, le fui diciendo las nuevas reglas de la casa, que segundos antes se me habían ocurrido. Pero en cierto momento, lo pillé que se estaba distrayendo viendo no sé qué cosa, por lo que, amenazándolo con el fuete, de inmediato le ordené que se arrodillase frente a mí. No pueden creer la satisfacción tan enorme que sentí cuando, sin chistar mi hijo me obedeció sumisamente, por lo que yo continué, con lo que para mí en esos momentos era una ...