Equipo de protección XI - Relatos Eróticos

Equipo de protección XI

Equipo de protección

Capítulo XI

Domingo, 1 de junio de 2.025

Cuando salieron todas detrás de Julia, que seguía a Aurora y Alba, dieron todas por sentado que Lola o Ani, las únicas que se quedaron en el dormitorio del capitán y que eran las que le seguían en rango, serían las que se iban a encargar de pedirle explicaciones a Andrés por su nada profesional comportamiento, sobre todo cuando escucharon decirle a Lola dirigiéndose a Ani:

-¿No iras a dejarme sola con el marrón? Las dos tenemos el mismo rango, las dos somos tenientes, y las dos conjuntamente debemos afrontar el problema.

-Joder Lola, no creo yo que sea el momento de pedir explicaciones, sobre todo tal como está Andy de ofuscado. – dijo Ani que no podía contener su risa – Déjale por lo menos que se relaje.

-Pero quien coño somos ni tu ni yo para pedirle explicaciones, no es esa mi intención. – dijo Lola poniéndose roja – Yo me refería a que no pretenderás que yo sola le ayude a relajarse, mejor lo hacemos entre las dos tal como ha sugerido Aurora.

-Pues si quieres contar conmigo, no esperes que le haga una paja o le dé una mamada para que se calme, yo directamente me lo voy a follar ya que me ha gustado su aparato, que por cierto hace honor a su apellido. – Mientras hablaba se quitó el camisón que llevaba quedándose completamente en pelotas y con una agilidad felina se subió a la cama, y tras tirar de la sabana hacia abajo dejando, de nuevo expuestos y dispuestos, los atributos del ogro a la ...

... vista, lo empujo suavemente, y el no opuso resistencia alguna, ya que se tumbó de nuevo boca arriba, momento en que Ani lo monto y empezó a cabalgarlo de forma desesperada a la vez que comentaba – Lola, si quieres mi colaboración has de aceptar mi iniciativa y si te apetece hacerlo en colaboración, podemos montarlo las dos de forma alternativa ….

Dejo sus palabras a medias y al mismo tiempo se quedó parada mirando como abducida a Andrés que la miraba a su vez como resignado y abriendo sus brazos en cruz como dando a entender que era lo que había, y no quedaba otra que aceptar lo que pasaba por muy inadmisible que pareciese. Pero incluso en la situación que se encontraban, con el mandoble del Ogro totalmente incrustado en su vulva y Lola mirando como embobada aquella especie de locura, la teniente Ani incapaz de moverse dijo casi aterrorizada:

-Ostias, ostias, ostias, pero ¿quién cojones me está hablando metido en mi mente?

-Espero que te lo explique el, que dice llamarse Andy II. – dijo Andrés que daba la impresión que ya había aceptado de buen grado la ayuda de las dos tenientes para apaciguar a su desbocado apellido – Y solo espero que me dé tiempo a que después se lo explique también a Lola.

-El Andy II de los huevos, dice que te ve poco dispuesta a colaborar, y que prefiere contarte a ti primero sus intenciones. – dijo Ani que se descabalgo de Andrés que seguía con su tizona en ristre y dirigiéndose a Lola la dijo – Si te pones en mi lugar vas a alucinar Lola, te ...