1. En el cine porno


    Fecha: 14/08/2017, Categorías: Fetichismo Autor: platinum, Fuente: RelatosEróticos

    ... pimienta al asunto desde ese momento.
    
    Vi como jugaba aquél tipo con los dedos enfundados en las pantimedias negras de mi esposa y en seguida metí mi mano a la bolsa de mi pantalón para sacar un condón; mi esposa se quedó sorprendida cuando vio el condón, pero no dijo absolutamente nada. Rompí la bolsa del condón y lo saque con mucho cuidado, era de los condones que da el centro de salud, es decir, es de los que no vienen con gel lubricante. Tiré la bolsa al suelo y me acerqué a la butaca de enfrente; con voz baja le dije: - ponte éste condón, cuando termines, te lo quitas con cuidado para que no se vaya a regar tu leche y así lleno me lo devuelves -.
    
    Dicho y hecho. Con su verga bien parada se colocó el condón y comenzó a chaqueteársela mientras manoseaba los pies de mi esposa; ella comenzó a calentarse por lo que escuchó y en seguida quitó su pie, se puso nuevamente se zapatilla y se sentó algo inclinada, esto para acercar sus piernas cruzadas a la butaca de enfrente. Él entendió el movimiento y de inmediato pasó su mano hacia atrás y comenzó a acariciarle primero las pantorrillas, haciendo movimientos en forma de circulo por momentos y después apretaba un poco las pantorrillas de mi mujer, no haciendo un movimiento brusco, sino más bien, acariciando sus pantorrillas con algo de presión, pero bueno, ustedes saben a que tipo de presión me refiero.
    
    Así alternaba sus caricias en ambas pantorrillas, hasta que poco a poco fue subiendo sus manos y siguió con sus rodillas. ...
    ... En el momento menos pensado su mano iba entre las piernas de mi mujer abriendo camino, apretaba sus muslos y jugaba con una y otra pierna. Así pasaron unos 10 minutos y de repente, vi como sacudía levemente su cuerpo este canijo; quitó las manos de las piernas de mi esposa que por cierto, en ese momento eran las piernas de mi mujer las que presionaban una de sus manos de su manoseador.
    
    Vi como se incorporaba e inclinando su cuerpo hacia delante, de repente me voltea a ver y me dice – listo, creo que se me salieron unas gotitas, pero va lleno -.
    
    Lo tomé con mucho cuidado y lo primero que hice fue llevármelo hacia mi nariz para llenarme de su aroma; ese aroma delicioso que se combina entre el semen y olores a orines de un extraño. Después se lo di a oler a mi esposa y también ella quedó maravillada con ese hermoso aroma. Y pensar que minutos antes, ese condón lo había tenido puesto una preciosa verga, cierto, no muy grande, pero al final, era una verga extraña.
    
    Metí dos de mis dedos dentro del condón para embarrarles un poco de esa lechita que aún permanecía caliente, con la cantidad de semen que se impregno en mis dos dedos, los embarré en los labios de mi mujer y en seguida nos fundimos en un delicioso beso con sabor a una verga de diferente a la mía, es realmente maravillosa esa sensación y el sabor, exquisito.
    
    Después; con mucho cuidado y poquito a poco fui dejando caer el semen restante en ambas piernas de mi esposa. Cuando ya las había llenado de leche utilicé ...