Chantajeando a mi prima casada (2)
Fecha: 19/02/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Nada más salir de su casa, empecé a maquinar ideas a las cuales someter a mi primita, que ya había cumplido mis órdenes una vez y no dudaba en que lo volvería a hacer, por el miedo a que todo el mundo viera esas fotos.
A la semana siguiente, me presenté una mañana en su casa. Me abrió la puerta y puso cara de asco y de miedo, se imaginaba para que iba a verla. Le di una bolsa y le dije que se pusiera lo que iba dentro. Era un conjunto de ropa interior con un sostén de color negro de encaje y unas braguitas a juego, con semitransparencias que dejarían ver sus pelos más íntimos. También iba una falda que le llegaria por encima de la rodilla y una blusa negra. Se opuso a ponérselo, pero le recordé las fotos que tenía en mi poder, y tuvo que hacerlo. Cuando salió me dieron ganas de follarla allí mismo, pero contuve porque tenía otra idea.
-Hoy nos vamos a dar una vuelta-. No le hizo mucha gracia la idea, me dijo que no, que lo que tuviera que hacer lo hiciera allí mismo. Pero la convencí, volviéndola a amenazar.
Una vez en la calle, nos dirigimos a la parada de metro más cercana. Era hora punta, así que los vagones iban repletos. Entramos y rápidamente quedamos apretados entre la gente. Comencé a tocarle el culo por encima de la falda, y ella no dijo nada, un señor que había a mi lado se dio cuenta de lo que pasaba, tendría 60 años, le hice un gesto para que la tocara, al principio hizo como que no vió nada, pero al insistirle, tímidamente empezó a tocarle el culo por ...
... encima de la falda. Anabel creyendo que era yo, se dejaba tocar, de mala gana, pero sabia que no podia negarse. El señor al ver que ella no hacia nada, se lanzó y empezó a meter la mano por debajo de la falda, siguió su osadía y ya le estaba tocando el coño por encima de las bragas, en ese momento ella se giró y se dio cuenta que no era yo quién la tocaba, hizo el gesto de quitárselo de encima, pero rápidamente le susurré al oido, sin que el hombre lo notara:
-No te muevas y cállate.
El calentón del hombre era mayúsculo, cada vez se acercaba más, y mientras ya había metido dos dedos por debajo de las bragas y le tocaba su coño directamente, estaba restregando su bulto en el culo de Anabel. En ese momento, comenzó a bajarse la cremallera del pantalón y metió la polla entre las piernas de Anabel rozando sus bragas, con el roce de los muslos internos y las braguitas, se estaba haciendo una paja, comenzó un leve balanceo, para que nadie lo notara. Yo sin saber porqué, estaba muy caliente viendo como aquel tipo se hacia la paja con ella, sin ella poder pararlo. Me miró e hizo un gesto para que ese tipo parara.
Creí que ya era suficiente y tampoco iba a dejar que aquel cabrón se corriera en la ropa que yo le había traido. Entonces le pegué un empujón al tipo, al ver que su polla quedaba a la vista, se tapó rapidamente. Se bajó en la siguiente parada, seguramente buscaria el primer lugar solitario que encontrara y cascarse una paja.
Salimos del metro, ella se giró muy ...