1. He aceptado hacer un trío


    Fecha: 21/02/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: MorboYMas, Fuente: CuentoRelatos

    ... calentura que me está dando mi esposo, no, es mentira, lo dice para calentarme.
    
    Me quedé de piedra, mi coño expulsó el charco de flujos más grande que nunca había emanado, traspasando la tela transparente de mi tanga, al tocar mi mano izquierda el muslo desnudo de otra persona a mi lado.
    
    Era verdad, ya había alguien en la habitación, ese desconocido ha podido ver cómo me he entregado a mi esposo con sus caricias, ha podido ver como todo mi cuerpo se ha erizado, calentado, excitado, puesto de punta con la fantástica sesión de toqueteos y morreos de mi esposo.
    
    Quité mi mano de un golpe, hijo de puta, cabrón, no me ha avisado para nada, ni por lo más mínimo, esto no se hace, por lo menos decirlo, cerré mis piernas automáticamente, instintivamente.
    
    Me quedé quieta, muda, estando tirada boca arriba en la cama, no puede ser, aprieto mis muslos pero no doy controlado que mi coño no pare de excitarse, de mojarse, nuevos flujos salen de mi coño, estando otro chico en esa habitación, que vergüenza pasé.
    
    Mi esposo no tuvo compasión conmigo, sabiendo que estaba muerta de la vergüenza, comenzó a besar todo mi cuerpo con sus labios, dándome pequeños besos, delante de otro hombre…
    
    El sentir esto, sabiendo que hay otra persona, de pie, a tu lado me desbordó, mi coño reventó en ese momento como si reventase de golpe una presa enorme, me corrí, mis piernas quedaron sin fuerzas, ya todo daba igual.
    
    Mi esposo comenzó a meterme mano, sin darle importancia a que otro hombre ...
    ... lo viese, creí morirme cuando sentí su mano colarse por dentro de la tela de mi sujetador, cogiendo mi pecho, moviendo su dedo en círculos en mi aureola, cogiendo mi empitonado pezón.
    
    Pudo ser peor?
    
    Lo fue
    
    Introdujo su otra mano en mi tanga, acercándose con su dedo mágico como yo lo llamo a la raja de mi coño, lo tocó, supo en ese momento en el estado que mi sexo se encontraba:
    
    Encharcado, como nunca antes lo había estado, podrías pegar el poster más grande que nunca hayas tenido solo con los litros de mis flujos vaginales, supe que había empapado las sábanas y el colchón de esa cama, solo pensé en quemar ese colchón para que los del motel no supiesen ni tuviesen pruebas que mi coño había descargado tal cosa.
    
    En ese momento, con sus dedos en mi teta y en la raja de mi coño, todo se acabó, no fui consciente de nada más, en ese momento me transformé por completo dejando a hacer a mi marido lo que quisiese conmigo, no viendo nada teniendo en mis ojos ese antifaz, ya ni me importaba para nada que ese desconocido al que no había visto estuviese allí, viéndome, para nada, como si hubiese un pelotón de soldados en fila viendo este espectáculo.
    
    Supe, en ese momento que nuestro amor como pareja no tendría límites nunca más.
    
    Así fue.
    
    Mi esposo comenzó a romper las reglas que yo le había impuesto y en las que había quedado de cumplir a rajatabla, no me importó, es más, me excitó a horrores que así lo hiciera.
    
    Mi esposo bajó las dos tiras de mi sujetador y dejó ...
«1...345...»