La vida te sorpresas. Sorpresas te da la vida...
Fecha: 21/02/2019,
Categorías:
Humorísticos
Autor: Srita. Sweet Ca, Fuente: CuentoRelatos
Bien dicen que no hay que decir: “de esa agua no beberé” y menos juzgar, sin antes probar y conocer. De eso precisamente trató el conocer a Rodrigo, un niño de apenas 18 años que desde el primer momento en que me conocí me demostró cuanto le gustaba y que buscaba cualquier momento para insinuarme sus ganas.
Rodrigo es el hijo de la persona que nos hacía el quehacer en casa, hasta hace apenas un año. Lo conocimos porque los fines de semana iba a ver a su mama mientras ella estaba en casa trabajando, algunas veces para estar con ella, saludarla o dejarle cosas. No era feo, eso sí tengo que admitirlo. Mide como 1.75 aproximadamente, tez morena clara y cuerpo delgado pero atlético, condición normal en chicos de su edad. Acaba de cumplir la mayoría de edad un mes antes de nuestro encuentro, por lo que eso no era impedimento, además, en el juego del abuso era a él a quien mejor le quedaba el papel.
Un día llegó entre semana, recuerdo que era viernes por la tarde. Pretextó ir a recoger a su mamá, cosa que era fuera de lugar porque ésta jamás llego a mi casa.–“¿Está mi mamá?, quede de verla aquí como a esta hora.”- su mirada era de un niño perdido, esperando el abrazo de su mami.–“Mmmmm, no. No está aquí Luisa. Ella no ha venido y no la he visto desde ayer, tampoco me avisó absolutamente nada de hoy. Creo que hubo una confusión”- mientras le explicaba, podía sentir como me “desnudaba con la mirada”, recargado en el filo de la puerta y con su vista fija en mi escote, noté como ...
... en un movimiento se tocó el “paquetín” queriendo acomodar o despertar a su mejor amigo ¡escuincle caliente!–“No creo. Ella fue clara cuando me aseguro que aquí nos veríamos. A lo mejor se le pasó decirle a usted.”- yo, solo lo miraba hablar lento y pausado con cara de baboso.–“¡Que raro!, pero está bien. Pásate, déjame le llamo a tu madre para decirle que estas en mi casa y pueda explicarme.”-.
Tome el teléfono y a punto de marcar escuché:-“Ah, me acaba de mandar mensaje y dice que no tarda que está a unas cuadras. Ya casi no tiene pila en el celular, que no me mueva de aquí ¿puedo esperarla unos minutos?”-resultaba que empezaba a tener un papel que no deseaba ¡niñera y en mi propia casa!–“Si, no hay problema. Estaba viendo una serie, si quieres algo de tomar o comer ya sabes dónde guarda tu mamá las cosas”- era una manera fácil para quitármelo de encima, aunque no por mucho tiempo. Se sentó casi junto a mí–“¡Esta fea esa serie!, pensé que le gustaban otro tipo de películas. En esas no hay nada de acción y no se culean a nadie”-, me quede con cara de ¿What?–“Y tú ¿qué sabes de culear o culear o coger, como quieras llamarlo? Estas bien chavito, con pedos apenas y se te ha de parar ¿no?”- solté la carcajada, me levanté del sillón y camine hacia la cocina, dispuesta a servirme una buena y rica copa de helado de vainilla (mi favorito), yo me seguía riendo del “intento” de hombre sin experiencia y menos en artes amatorias. De pronto–“¡Mire! ¿usted cree que con este pito no pueda ...