1. Clases de verano con Sarita 1


    Fecha: 22/02/2019, Categorías: Anal Masturbación Autor: predatorgapes, Fuente: xHamster

    ... llegar a tocarse el recto con una mano, aunque la posición que había adoptado no parecía ser la más idónea y su antebrazo quedaba bloqueado por su muslo. Podía ver su coñito, recubierto de una fina capa de vello adolescente. Y es que tenía las braguitas bajadas como a un palmo, impidiéndole que pudiera abrir más las piernas y crear más espacio para ejecutar la maniobra.La chica sería nadadora, pero estaba claro que contorsionista no era, porque se había hecho un lío ella sola. No pude evitar que se me escapara una carcajada.—¡Eeeh…! —exclamó, medio riendo también—, no te rías, que me da mucha vergüenza…—Lo siento, Sarita, lo siento… —dije aguantándome la risa—, es que te lo haces más complicado de lo que es.—¡Bueno, calla y ayuda, que se me está saliendo!Me acerqué arrollidándome en frente suyo. Efectivamente pude ver que el escurridizo supositorio estaba más afuera que adentro, sobresaliendo de entre sus nalgas que aún estaban bastante cerradas al no poder abrir mucho sus piernas. Temblando como un imbécil, acerqué un dedo y empujé, intentando introducirlo de nuevo. Lo hice de la manera más “profesional” y “clíinca” posible. Fui apretando haciéndome paso entre esas blanditas nalgas hasta que noté la presión de su esfínter en la punta del dedo.Aguanté ahí, sin dejar que el supositorio saliera. Y de paso me quedé hipnotizado por la visión de esa magnífica rajita, formada por unos labios mayores gruesos que escondían y guardaban una cavidad que se me antojaba cálida y rosada, ...
    ... inundada de un suculento néctar exprimido por las manos de la mismísima Venus en toda su deidad.—¡Eh! ¿Me oyes? ¡Que se me sale!Los gritos de Sarita me devolvieron a la realidad. Efectivamente, la presión que yo ejercía no era suficiente, y el maldito supositorio se estaba deshaciendo en pedacitos que acabaron escurriéndose entre sus nalgas.—Es que tienes que apretar más, mi madre lo… —y continuó volviendo a un tono más tímido—, mi madre lo mete más a dentro…Me quedé ahí parado mientras Sarita se limpiaba el culo con una toallita húmeda que había traído, previsora.—Ven, lo haremos igual que hago con mi madre —dijo luego levantándose, y la seguí pasillo abajo hasta lo que supuse era su habitación.Se había dejado las braguitas medio bajadas, lo que me permitía ver sus nalgas desnudas al andar. Al llegar sacó otro supositorio de una caja que guardaba sobre su mesita de noche. Me lo entregó, y sin demora se subió a su cama dejando su culito en pompa a un palmo de mí. Empecé a sudar como un cerdo cuando, poco a poco, descendió las braguitas hasta sus rodillas. Esta vez todos sus íntimos orificios quedaron expuestos ante mí completamente.No había nada más que decir, me tocaba hacer mi parte. Saqué el supositorio de su envoltorio y me propuse a aplicárselo. Con un par de dedos lo guié hasta su arrugado anito y con poca dificultad empecé a presionar.—Está vez tienes que empujar más a dentro… que si no se sale… —dijo Sarita con una voz que me pareció muy dulce.Para facilitar la tarea, ...
«1...3456»