1. JulyGarcia. Desvirgando a un chico de honduras de tan solo 15 añitos.


    Fecha: 22/02/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: JulyGarcia, Fuente: SexoSinTabues

    ... pero tenía miedo a mi reacción. Yo le dije: “a que esperas bebe!, chupalos!”. Así lo hizo y comenzó a beber del sudor de mis pezones. Yo le frote su vientre y fui bajando. Mi mano recorriendo su cuerpo joven. “Que tenemos aquí”, le dije, mientras tocaba su bulto. “Estás muy bien para tu edad, mi hijito, déjame verlo”. Me agache frente a él, pero él se tapaba con sus manitas. Yo le dije: “necesito quitarte esto amor, déjame”. Al fin, quito sus manos y yo desabroche su cinturón, su pantalón estaba lleno de lodo y tierra. Olía pésimo el muchachito. Era como una combinación a lodo, orina y sudor de ano. El olor era muy intenso y por una extraña razón, me hacía girar la cabeza de excitación. Baje su ziper y poco a poco su pantalón cayó. Tenía un viejo calzón roto, color blanco y con manchas amarillas en la parte frontal. El olor se había hecho mucho más intenso. “Cuanto hace que no tomas un buen baño caliente, amor?”; “No me baño desde hace más de una semana. Esta es la única ropa que me queda sin romper”; “No te preocupes. En un rato te doy una ropa que mi hijo mayor no usa. Creo que te quedará bien”. Le quité su calzón y un pene morenito con una erección a medias se asomo. Tenía buen tamaño, pero quería verlo en su máximo esplendor. Tenía algo de vello en su pene, en la zona de la pelvis y un poco más en sus testículos, algo colgaditos. “A ver, amor, ese prepucio hay que pelarlo”, el olor a pescado era tremendo. Yo lo hacía atrás, mientras veía su cara. Él solamente abría su ...
    ... boca, pero sin emitir un solo sonido. Una capa gruesa de queso (esmegma) apareció frente a mí. ‘Vaya!, que juntaste mucho, amor”. Nunca había visto tanto quesito guardado. Me lo metí en la boca. El sabor era indescriptible, era como mezclar cada esencia que ha estado en el pene de un hombre y ponerlas todas juntas. Yo comencé a comerlo todo! Era espeso, con grumos y el sabor amargo ácido que caracteriza al esmegma. Pronto, el pequeño Jorge comenzó a gozar. Me había tomado la cabeza y me sujetaba el cabello. Mientras, yo me comía entero su pene. Tal vez, eran 16 cm. Un pene muy decente para su edad. Yo, me lo tragaba todo. Incluso, metía un poco en mi boca sus testículos. Y él, parecía estar en el cielo. No duro ni 1 minuto y medio, cuando soltó su leche en mi boca. “Mmmmm”, soltó un gemido. “Que rico! eso madre, me vine rico! “ Y es solo el principio. Le succione esos testículos, llenos de orina y semen secos. Los limpie por completo con mi saliva. Él solo se inclinaba hacia atrás y me decía: “no pare, madre, no pare! Por, favor!” Le dije: “acompañame!”. Lo tomé, con mi mano derecha, de la polla y subimos a mi cuarto. Lo solté por un momento y me quite el resto de ropa. “Vamos a bañarnos bebé, ven aquí! “. Abrí la llave de la regadera y lo puse en agua tibia, para que sintiera el confort con el agua cálida en su cuerpo. Él, se quedaba viendo mi trasero y mi vagina. “Usted, si está buena!, madre”, me dijo . “No se parece al cuerpo de las muchachas de mi barrio”. “Cada cuerpo es ...