1. El placer de follar a mi prima


    Fecha: 24/02/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Morningwood, Fuente: CuentoRelatos

    En enero, estábamos pasando un fin de semana jodidamente frío en la parcela de los abuelos a la que siempre asistimos toda la familia ya que somos muy de estar unidos. De entre todos mis primos, con la que siempre me he sentido más unido es con mi prima Estrella. Éramos de gustos parecidos y además teníamos casi la misma edad. En aquel momento, yo tenía diecinueve y ella pasaba por unos estupendos dieciochos, y es que mi prima estaba realmente buena.
    
    Llegando todos de haber ido a cenar fuera, entramos helados y algunos ni nos atrevimos a quitarnos el abrigo, en mi caso una cazadora. Para calentar la casa, mi abuelo puso unos cuantos leños en la chimenea que había construido el mismo y la encendió. Peleándonos por coger el mejor sitio, mis dos primos pequeños, mi bisabuela y yo, cogimos asientos y nos pegamos a la chimenea con desesperación. Entrando en el semicírculo que formábamos ante el fuego, mi prima se puso en medio tiritando de frío y levantando las manos para calentárselas. Al pedirle que se quitará, ella buscó donde ponerse y vio que estaba sentado en un sillón que anteriormente había sido la parte de en medio de un sofá por módulos. Me pidió que le dejase sitio y antes de que dijese nada ya la tenía sentada delante. Intentándola quitarla de mi asiento, ella se resistió riendo y me rendí porque después de todo había más que confianza.
    
    Calentitos, demasiado cómodos para hablar mucho, gordas como ella pocas, y como hipnotizado por el movimiento de las llamas, ...
    ... comencé a sentir como esa comodidad iba a parar a mi entrepierna. Con solo estar un poco empalmado, noté como mi paquete daba contra el culo de Estrella, poniéndome nervioso a la vez que excitado. Acabé completamente empalmado, con un bulto en el pantalón del chándal que golpeaba adelante contra mi prima. Girando la cabeza, me miró medio sonriente y algo asombrada. Haciéndome el que nada sabía, como si eso fuese posible, le pregunté qué pasaba y ella respondió con un “-Nada. Yo no digo nada”. A Estrella le debió parecer divertida la situación y se puso entonces a hacer fuerza con su culo, apretándolo contra mi erección. Dejando de lado lo mucho que me estaba poniendo con sus movimientos, estaba alucinando con lo que estaba sucediendo con mi prima, de las gordas y macizas, y también preocupado porque alguien de alrededor nos descubriese, aunque ella lo hacía todo de una forma muy disimulada.
    
    Durante un buen rato, Estrella estuvo frotándose despacito con mi paquete, masturbándome con su culito. Levantándose por unos segundos, ella se inclinó hacia delante a tirar al fuego el pañuelo con el que se había estado limpiando la nariz. Al regresar delante mía, su culo se apretó por encima de mi paquete y bajo hasta sentarse, haciendo algo de palanca sobre mi polla. Dándome un chispazo de placer, se me escapó un resoplido que solo ella escuchó. Miré que mis primos, que seguían a nuestro lado, no se hubieran dado cuenta de nada. Estaba poniéndome ya muy cachondo y mi prima también ...
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