Mi hija la artista
Fecha: 26/02/2019,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos
... se las alcanzo. Me doy cuenta que por la posición me miraba el bulto de la entrepierna, llevaba puesto un pantalón jean, ni siquiera ajustado, pero ella miraba supongo que por un reflejo normal. Ya con las cajas en el suelo me dice que quiere revisar algo, se pone de rodillas y empieza a revolver adentro de las cajas. Gracias a la minifalda que llevaba le queda el culo al aire y apuntándome, supongo que lo hace a propósito, no puedo quitar la vista del culo, casi dejaba ver todo el ano, sólo lo cubría una tirita muy fina de tela. Fue algo instantáneo, no lo pude contener y esa imagen me hizo acabar en forma instantánea, no lo podía evitar eyaculaba como una fuente, tres o cuatro chorros. Trate de mirar a otro lado pero no pude, sentía el líquido espeso y caliente mojando mi pantalón, me dio mucha vergüenza.
Ella se para, gira y me mira a los ojos, yo estaba colorado de la vergüenza, ella se sonríe y baja su mirada y ve el jean mojado, mi reacción, fue pedir perdón. Ella sonríe y me apoya un dedo en los labios para callarme, me dice que no es mi culpa, que fue por su culpa y que su papá no podría verme así. Se arrodilla y me dice que no me preocupe que ella me limpia.
Yo no podía creer lo que estaba pasando, así arrodilla pasa su mano sobre la parte húmeda del jean y lo saborea, luego me lo empieza a desabotonar. Cuando desprende el último botón, mi pene escapa con fuerza y queda apuntando su cara. Sólo le escucho decir algo en voz baja, “que grande”. Lo mira y lo toma ...
... con una mano y empieza a chupar todo el semen derramado. Chupa y chupa, la lengua recorría todo, el pene, las piernas, hasta la tela del pantalón. Se lleva el pene a la boca y lo empieza a succionar, yo estaba por acabar de nuevo. De repente se escucha a su padre gritar su nombre por el pasillo dos veces. Ella para de golpe, se levanta y me da un beso en la boca. Sale corriendo a ver a su padre. Yo me acomodo la ropa y algunos segundos después llevo las cajas a donde está el padre, ella ya no estaba, le dejo las cajas en el piso y el padre me mira con una sonrisa, ve la entrepierna de mi pantalón, todavía húmeda y sonríe, no dice nada, pero él sabía que su hija era una puta.
Así conocí a Marisa, yo empecé a trabajar con su padre y después de un tiempo nos casamos, fruto de esa unión nació Lucrecia, le pusimos el nombre de la madre de mi suegro. Un día si quieren les cuento mi vida con Marisa, ella vive fascinada con mi pene, pero no los quiero distraer de lo que pasó con mi hija Lucrecia.
Les empecé contando de la pasión de Lucrecia, el dibujo, la pintura, las artes en general, un sutil amor por el arte. Ella es perfeccionista, busca la perfección en lo que hace, el instituto al que asiste es muy exigente, la teoría del arte ocupa casi todas las clases y al igual que los distintas técnicas. A ella no le molestaba la teoría, pero se quejaba de las escasas clases prácticas. Nosotros éramos sus modelos vivos, nos dibujaba todo el tiempo, especialmente a su madre. Un día ...