El segundo hombre de Paulina
Fecha: 16/08/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: PaulinatvCDMX, Fuente: CuentoRelatos
... mamársela. Marcos comenzó a gemir y me halagaba:
M- Que bien la mamas putita! No te detengas bebe! Oh si Paulina! Vamos, comete mi vergota!
Yo estuve así de rodillas mamándosela un buen rato, hasta que me pide que lo deje acostarse, entonces veo que se quita el pantalón, los zapatos, los calcetines y su bóxer, y se recuesta en la cama, toma su poderosa barra gorda de carne la apunta hacia el techo, y palmea un par de veces el colchón indicándome que me suba a la cama, yo lo hago y me colocó a su lado de cuclillas, reemplazó su grande mano por la mía que es pequeñita y vuelvo a rodear su inmenso mástil de carne con mis carnosos labios, a lo que el colocando sus dos brazotes detrás de su cabeza me regala un nuevo gemido en señal de estar disfrutando la mamada que estoy dándole, entonces de pronto siento como una de sus manotas se dirige a mi culo, hace a un lado mi tanga y comienza a introducir primero uno, luego dos y en su momento tres de sus grandes dedos, los sacaba un momento, los mojaba con su propia saliva y me los volvía a introducir, y dentro de mi los movía en círculos dilatando y preparando mi pequeño hoyito para recibir a su gordo invitado, de pronto me detiene mi cabeza que en ese momento realizaba una carrera de arriba para abajo intentando cubrir con mi boquita la mayor dimensión posible de su gordísima verga, y me dice:
M- Detente, si sigues mamando así de rico, me vas a hacer terminar muy rápido. Mejor tráeme un condón y pónmelo, ya quiero estar ...
... adentro de ti!
Como buena mujercita obedecí y le puse un condón, apenas y cabía su inmensa serpiente en el, también tome un bote de lubricante anal a base de agua y lubrique tanto mi interior como a su enorme verga, entonces me dice:
M- Bien, ahora móntate en mi para que tu controles el ritmo de la penetración.
Me abrí de piernas, me monté sobre él, tome su gorda vergota y la apunte a mi pequeño agujerito, una vez que tuve la cabezota de esa gorda salchicha en mi esfínter, comencé a realizar presión yo misma hacia abajo, con muchísimo dolor logre comerme su cabezota, entonces y gracias a la dilatación que mi hombre me provocó en mí agujerito y al lubricante que me había introducido yo misma, mis tragonas nalgotas se comieron centímetro a centímetro su gordísima barra de carne hasta que sentí como mi culote chocaba con sus piernas, me quede quietecita un par de minutos, sudando por el dolor y entonces, en medio de la gran presión provocada por el descomunal tamaño de ese instrumento masculino, comencé a cabalgarlo, era fantástico, el dolor cedió transformándose en un indescriptible placer que al cabo de un par de minutos de estímulo anal me llevo, por primera vez en mi vida, a un delicioso orgasmo anal, no podía creerlo y prácticamente no sabía que había sucedido, pero había eyaculado sin siquiera tocarme mi diminuta verguita. Marcos se percata de esto, y me dice:
M- Te está gustando mami?
P- Ufff!! Papi! Nunca antes había sentido tan rico!! Acabas de provocarme el ...