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Un placentero viaje nocturno
Fecha: 01/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Masturbación Primera Vez Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Mis jefes me enviaron a Córdoba capital por un par de días, para supervisar un trabajo en la filial que hacía poco tiempo se había inaugurado allí.El viaje no me venía nada mal; tenía ganas de salir un poco de la rutina porteña; aunque fuera por apenas un par de días.Lo malo fue que la secretaria del estudio no pudo gestionar a tiempo un pasaje aéreo y tuve que conformarme con viajar en un ómnibus de larga distancia.Mi adorado Víctor estaba de viaje también y, precisamente, me reuniría con él en la misma terminal de Córdoba para compartir un café antes de mi regreso a casa.Mientras me despedía de mi esposo, ya a punto de abordar el micro, observé a un hombre muy apuesto cerca de nosotros. Era un tipo alto, con anchas espaldas y una mirada matadora. El hombre también me miró detenidamente y eso me hizo humedecer levemente. Mala suerte, debería viajar con mi tanga un poco humedecida…Víctor me dio el beso final y yo subí al micro.Tuve la sorpresa de verme sentada junto a ese hombre apuesto.No lo miré demasiado, porque dediqué esos últimos minutos en Córdoba para despedirme de mi esposo a través de la ventanilla.El viaje era nocturno y los pasajeros bastante escasos. A pesar de que había unos cuantos asientos vacíos; ni ese hombre ni yo amagamos a cambiar de lugar, para estar más cómodos…Al iniciar el viaje, cerré mis ojos tratando de relajarme y descansar. Un par de horas después desperté y giré mi cabeza; para ver que ese hombre me estaba mirando fijamente.Le sonreí en la ...
... penumbra y él se presentó como Miguel. Empezamos a charlar de varios temas, hasta que de repente, él tomó con su mano mi pierna y la apretó levemente.No le di mayor importancia; pero mientras conversábamos, volvió a acariciar suavemente mi muslo…Las luces seguían apagadas y yo me encontraba atrapada entre su enorme cuerpo y la ventanilla. La situación me estaba calentando demasiado. Podía sentir su aliento cerca de mi cara y mi concha continuaba juntando más humedad…De pronto él abrió un poco las piernas como poniéndose cómodo y su rodilla quedó rozando la mía. Comentó que era casado y me preguntó si mi marido era quien me había despedido en la terminal.Me llamó la atención esa pregunta, pero le respondí que sí.Entonces él sonrió y volvió a acariciarme el muslo.Esta vez bajé mi vista, mirando su mano reposando allí…Miguel sonrió con picardía, sin retirar su mano de mi muslo…Susurró que las luces estaban apagadas y eso era ideal para hacer travesuras en un micro con pocos pasajeros…Ese comentario me puso a mil; para peor, su mano ahora frotaba mi cuerpo mientras intentaba hacerme separar los muslos…Entonces me dijo que yo debía ser una hembra terrible en la cama.Le comenté que él no iba a tener oportunidad de averiguarlo; pero entonces sus dedos se deslizaron debajo de mi falda. Había logrado hacerme abrir los muslos; así que enseguida sus traviesos dedos llegaron a mi tanga, con mucha facilidad…Yo lo miré a los ojos sin saber qué hacer ni qué decir.El contacto de las yemas de sus ...