1. Un placentero viaje nocturno


    Fecha: 01/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Masturbación Primera Vez Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... dedos sobre mi labia me hizo humedecer del todo. Miguel lo pudo notar enseguida y sonrió en silencio; pero no retiró sus dedos ni siquiera un milímetro…Me preguntó si me gustaban sus dedos en mi labia y apenas pude asentir con mi cabeza en silencio. De pronto no pude evitar dejar escapar un leve suspiro, cuando sus atrevidos dedos corrieron mi tanga y acariciaron mi clítoris ya inflamado.Uno de sus dedos pronto se hundió en mi vagina y comenzó un rápido mete y saca. Cerré mis ojos y me abandoné al placer que ese desconocido me estaba provocando.En menos de dos minutos me hizo acabar y tuvo que taparme la boca con su mano; ya que mis gemidos de gata en celo estaban por convertirse en alaridos de placer.Miguel continuó pajeándome con un par de dedos, hasta que sintió que yo me tensaba por segunda vez y tenía otro orgasmo; siempre con mi boca amordazada por su gruesa mano.Cerré mis ojos y él aflojó la presión de su mano en mi boca.De repente sentí sus dedos manchados con mis fluidos cerca de mis labios. Me obligó a abrir la boca y hundió sus dedos en mi garganta, ordenándome que se los chupara hasta dejarlos limpios.Mi lengua los recorrió de punta a punta y finalmente él sonrió satisfecho. Intenté cerrar mis muslos; pero Miguel volvió a sumergir su mano entre ellos.Con la otra mano abrió su bragueta y supe en esa penumbra que había sacado su verga tiesa a tomar aire.Su traviesa mano abandonó mis muslos y me tomó por la nuca; haciéndome inclinar sobre su regazo.En plena ...
    ... oscuridad encontré la punta de su verga. Era bastante gruesa y estaba totalmente endurecida; dejando escapar un poco de líquido pre seminal…Yo no podía dejar de mirarla. Se acercó a mi oído y me susurró que podía tocarla si yo quería. Agregó que nadie nos vería…La tomé entre mis dedos y la apreté un poco, sintiendo cómo esa cosa enorme latía y crecía un poco más todavía.Comencé a pajearlo con suavidad y Miguel aflojó su mano sobre mi nuca. Volvió a acercar su boca a mi oído para decirme que yo era muy buena haciendo una paja. Me mojé otra vez.Después insistió, pidiéndome que se la chupara.Abrí los labios y mi lengua comenzó a lamer su gruesa cabeza, sorbiendo ese líquido salado. Miguel suspiró con suavidad.Su aliento cálido sobre mi nuca me calentó todavía más.Abrí mi boca al máximo y fui engullendo esa maravillosa verga de a poco. La apretaba con mis labios rojos y volvía a sacarla y a meterla hasta el fondo de mi garganta.Miguel volvió a empujar mi nuca hacia abajo; haciendo que casi me atragantara y sofocara con su pija.Su sabor salado era embriagador. Comencé a tragarme cada vez más su tronco, a subir y bajar, estaba teniendo un ritmo intenso.Cuanto más tragaba, más sentía esas cosa enorme latir dentro de mi boca. Estaba enloquecido sintiendo ese sabor y ese olor a macho que me hacían perder la voluntad de mi boca.En un momento me levanté y le pregunté si le gustaba así.Por toda respuesta, él volvió a empujar mi cabeza hacia abajo.Sus dedos inquietos regresaron a mis labios ...