1. El padre del alumno


    Fecha: 01/03/2019, Categorías: Gays Autor: Pidroso, Fuente: SexoSinTabues

    ... alumnos a preparar las oposiciones al cuerpo de la Guardia Civil. Con este grupo siempre era agradable trabajar porque el temario consistía en una serie de conocimientos jurídicos generales, haciéndose Alberto cargo también de todo lo relacionado con la cultura general y la científica base, gracias a que desde niño siempre le habían encantado las matemáticas, la biología y la química. Llegó a la Academia, y tras saludar a Salva, el recepcionista de la mañana, se fue directo a la sala de profesores. Consistía en un pequeño espacio con unos percheros, unas estanterías, una mesa, ocho sillas, una nevera, una cafetera y un microondas. Se sacó la ropa de aguas que llevaba poniéndola en uno de los percheros y colocó los materiales que traía para la primera clase en una de las estanterías. Entró en la sala la directora del centro, Sandra, a saludarlo y a pasarle las fichas con fotos de los alumnos y alumnas matriculados del nuevo grupo. Eran un total de 10 alumnos, lo que para este tipo de oposiciones estaba genial. Se podía conformar grupo tan numeroso porque en la ciudad había una de las casas cuartel más grandes de la provincia, por lo que seguro que, como siempre, la mayoría de los alumnos tendrían algún familiar en la Benemérita. Alberto se sentó a repasar las fichas y aprovechó también para ver que impresión le daban sus nuevos alumnos por sus fotos. Una de ellas llamó poderosamente su atención porque parecía sacada de un catálogo de modelos. El alumno en cuestión se llamaba ...
    ... Agustín Fernández, tenía diecinueve años, y por la dirección que adjuntaba en la ficha vivía en la Casa Cuartel. A las nueve en punto entró en el aula para comenzar la clase y tras presentarse, darles su dirección de correo electrónico y pasar lista, comenzó a repartir el material con el que empezarían a trabajar. Sólo había nueve de los diez alumnos matriculados, siete chicos y dos chicas, faltaba Agustín, lo que contrarió levemente a Alberto que había entrado con la curiosidad de ver como era en persona. Lo cierto es que como profesor mantenía una máxima que siempre le había ido bien, ya desde que había impartido clases en la Universidad, ésta era que los alumnos constituían terreno prohibido; incluso se prohibía masturbarse pensando en cualquiera de ellos. Había hecho propio ese refrán popular que dice “Donde tienes la olla no metas la polla”. Llevaba diez minutos de clase cuando llamaron a la puerta del aula y entró Sandra acompañada de Agustín. Alberto tuvo que respirar bien a fondo cuando lo vio, era muchísimo más atractivo que en la foto. Moreno de cabello y de piel, con los ojos azul verdosos, debía pasar del metro ochenta y se veía fantástico. Iba vestido con una sudadera gris del Decathlon y con un jean azul oscuro ajustado que marcaba un bulto muy interesante en su bragueta. Pero lo que casi consigue ruborizar a Alberto era su sonrisa y su voz al disculparse por llegar tarde. Era una sonrisa luminosa, tenía la boca de anuncio de crema dental blanqueadora y una voz ...
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