1. El padre del alumno


    Fecha: 01/03/2019, Categorías: Gays Autor: Pidroso, Fuente: SexoSinTabues

    ... profunda, muy viril, que hacían del conjunto el prototipo de tío que le encantaba a Alberto. Desde que se sentó al fondo del aula, procuró no mirarlo directamente para no ponerse nervioso. Hacía tiempo, bastante tiempo, que un alumno no provocaba esa reacción en él. La clase terminó y el grupo tenía quince minutos para empezar con la preparación de las pruebas físicas en el gimnasio contiguo a la Academia,. con el que tenían un convenio de colaboración para la preparación de ese tipo de oposiciones que mezclan prueba teórica y deportiva. A la preparación de las pruebas físicas no se habían matriculado todos. Era lo habitual, algunos ya tenían preparadores o lo hacían por libre en otros gimnasios de la ciudad. Agustín era uno de los alumnos que solo se habían matriculado en la parte teórica, por eso al finalizar la clase se acercó a la mesa del profesor donde Alberto estaba guardando sus cosas. Se disculpó de nuevo por el retraso, provocado por un pequeño accidente debido a la intensa lluvia y con el atasco correspondiente en una calle del centro. También le pidió los materiales que había repartido al inicio de la clase. Tras dárselos le sonrió de una manera que Alberto tuvo unas ganas enormes de saltarle al cuello, se reprimió obviamente, pero en esa ocasión si que se ruborizó un poco. Las clases del grupo de la Guardia Civil eran dos días a la semana, los lunes de nueve a diez y los Miércoles de siete a ocho de la tarde. Ese Miércoles al finalizar la clase Alberto, que ya ...
    ... no tenía ningún otro grupo, bajó a la calle tras sus alumnos. En la puerta del edificio donde estaba la Academia había de espaldas un Guardia Civil, el padre o tío de alguno de los que salía, pensó Alberto. Justo cuando abrieron la puerta para salir, el Guardia Civil se giró y Alberto tuvo clarísimo de quien era padre. Era igual a Agustín pero veinte años mayor, lo que a sus ojos lo hacía aún más apetecible. Alberto no se sentía especialmente atraído por los uniformes, pero tenía que reconocer que al padre de Agustín éste le sentaba como un guante. Si el Lunes había percibido en el chaval un poderoso paquete en sus jeans ajustados, el pantalón del uniforme de su padre a duras penas contenía el bulto de su entrepierna. Ligeramente azorado se despidió de todo el grupo hasta el próximo día y poniéndose los cascos de su MP3 se dirigió caminando a su casa. En el recorrido no paró de pensar en lo buenos que estaban los dos, el padre y el hijo. Iba tan excitado que saco su móvil para ver si veía a alguien cerca en el Grindr que le sacase esos pensamientos guarros que le venían a la cabeza y que le echase un buen polvo para dormir tranquilo. No hubo suerte, y llego a su edificio en menos tiempo del habitual, sudando copiosamente. Esa excitación había hecho que incluso corriese en alguna de las partes del recorrido donde la acera era más amplia. Subió las escaleras de dos en dos y, dejando sus cosas sobre el sofá, se fue con el portátil a la cama y se puso una página porno buscando ...
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