Memorias, entre el pasado y el presente (1)
Fecha: 02/03/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: zorroblanco2003, Fuente: SexoSinTabues
<p align="center">1 Tom y Cathy exploraban su nueva casa, había multitud de habitaciones en las dos plantas de la mansión e incluso un sótano donde se apilaban sin orden ni concierto muebles viejos y cachivaches de todo tipo, todo cubierto de polvo y en el mejor de los casos, protegido por sábanas blancas que por el paso de los años se habían vuelto grises por la capa de polvo acumulada, quedando la tela amarillenta y quebradiza por el paso del tiempo. Sin duda estaban excitados ante su nueva casa, habían estado correteando por los pasillos adelantándose a sus padres, viendo todas las habitaciones, y habían acabado finalmente en aquel oscuro sótano, que se mostraba misterioso, lóbrego y tenebroso, recordando a las pelis de “gore” donde la chica rubia y guapa bajaba en la oscuridad sin sospechar que el psicópata de turno la aguardaba entre las sombras para degollarla. Bajaron a tientas y se adentraron en la oscuridad. De repente sus gritos y carcajadas habían cesado y el silencio se abría camino delante suyo. Tom que iba detrás de su hermana intentó asustarla gruñéndole en la oreja, pero ésta no se dio por aludida e intrigada buscó en la pared algún interruptor que encendiera la luz. Por las rendijas de las ventanas tapadas con maderas por fuera, se colaban haces de luz, que a modo de láseres se proyectaban en el suelo, haciendo brillar multitud de partículas de polvo en suspensión. Cuando sus ojos se acostumbraron a la penumbra, Tom vio una luz que colgaba en el centro de la ...
... estancia, se acercó y observó que de ella caía un cordón así que con algo de asco lo cogió y tiró de él. Inmediatamente la luz se hizo, una luz amarillenta y mortecina, atenuada por la capa de polvo que cubría la bombilla, iluminó con luz espectral aquel sótano, iluminando la estancia para ellos. Allí había un baúl, de madera con remaches de chapa metálicos en las esquinas y tiras metálicas circundándolo para darle mayor firmeza. Estaba colocado en el suelo, junto a una pila de otros objetos y muebles tapados con sábanas, pero a diferencia de éstos, no estaba cubierto. Cathy fue quien primero reparó en él y acercándose intentó levantar la tapa sin éxito. Tom se acercó a ayudarla y poniéndose en cuclillas concluyó: — Está cerrado Cathy, debería haber una llave en algún sitio que lo abra —dijo con cierta desilusión. — ¿Qué contendrá, no sientes curiosidad por saberlo? —preguntó Cathy excitada ante la idea de los secretos que contendría. — No sé, podemos buscar la llave a ver si está por alguna estantería o repisa —propuso Tom. — ¡Perfecto, hagámoslo ahora mismo! —exclamó Cathy ilusionada ante la aventura que se presentaba. Revolvieron por todos lados, provocando que parte del polvo pasase a estar en suspensión y poco a poco una neblina gris se fue formando en aquel lóbrego lugar y tras mucho buscar y rebuscar no hallaron indicios de la supuesta llave que abría el cofre, el cofre del tesoro, como ya lo habían bautizado durante su búsqueda. Una voz se oyó, venía desde arriba, era ...