1. Mi yerno y yo acabamos juntos


    Fecha: 02/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: ExperienciaMuje, Fuente: CuentoRelatos

    Todo empieza hace un año. Mi hija, Abigail, comienza a salir con un chico un año mayor que ella. Salen de vez en cuando y parecen ser felices. Un día llegó mi hija a casa y me confesó de su embarazo. Mi nena de 18 años estaba embarazada. Le pregunté acerca del padre y supo responderme: Caleb. Por lo menos no andaba de pene en pene. Después de hablar durante hora y media me enteré de que mi hija fue la que pidió el acto sexual, de que mi yerno estaba dispuesto a hacerse responsable y que mi hija y él querían formar una vida juntos. Al día siguiente ella trajo a Caleb a la casa, me gustó lo que vi, piel morena, algo rellenito, musculoso y de cabello negro. Se parecía a mi marido en sus buenos tiempos. Hablé con él y me pareció un muchacho agradable, lo separé de mi hija y le hice las mismas preguntas que le había hecho a mi hija, las respuestas coincidían. Nunca esperé nada como aquello, pero la verdad es que me se tía feliz en cierto modo. El dinero nos sobraba, trabajé en petroleras durante veinte años y mi pensión era cuantiosa, la de mi marido también, pero con la mía bastaba y sobraba para todos los gastos de la casa. Invité a Caleb a vivir con nosotros y le ofrecí a mi hija la habitación más grande para que los dos vivieran juntos.
    
    Dos meses después Abigail y su pareja vivían juntos en mi casa, los dos parecían amarse de verdad y Caleb siempre ayudaba en las cuestiones de la casa. Una noche mi marido y yo salimos a una reunión de exalumnos de la Uni, me regresé ...
    ... temprano ya que odiaba a mi esposo borracho y aún más a esos perdedores que habían sido mis compañeros. Cuando pasé al lado de la habitación de mi hija escuché un grito reprimido y como ella lloraba y gemía. Me imaginé que Caleb la golpeaba o la estaba insultando, abrí la puerta de golpe y los vi follando, mi hija estaba mordiendo una almohada y tenía las caderas levantadas y su novio estaba echando las caderas suyas hacia delante y atrás con mucha fuerza y muy rápido. Cuando me vio sacó el pene del coño de mi hija, Abigail no pudo evitar eyacular y se tapó la desnudez con las sabanas llenas de fluidos, Caleb se tapó el pene con la almohada que mi hija estaba mordiendo. Salí rápido mientras les pedía a gritos que me perdonaran.
    
    Ya habían pasado unos diez minutos cuando comencé a ver en retrospectiva, el pene de mi yerno era una puta anaconda. Cada vez que veía la imagen de él con mi hija se me venía a la mente que tenía el pene más sorprendente que he visto. No me lo creía, pensaba que era mi imaginación.
    
    Habían pasado dos días cuando mi hija y mi marido fueron a visitar a su abuela al otro estado. Ni mi yerno ni yo fuimos, no seríamos bien recibidos por esa bruja seca que es mi suegra.
    
    No me podía sacar la imagen del pene de Caleb de mi mente, si lo veía pasar me lo imaginaba desnudo con ese monstruo entre las piernas.
    
    Un día estaba acostada, descansando, cuando escuché la regadera del baño principal abrirse, Caleb tocó a mi puerta y me dijo:
    
    —Si necesita algo ...
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