1. Mi yerno y yo acabamos juntos


    Fecha: 02/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: ExperienciaMuje, Fuente: CuentoRelatos

    ... avíseme, me voy a bañar.
    
    —Está bien, cualquier cosa yo te aviso.
    
    Cerró la puerta y se fue al baño. Yo comencé a pensar en si meterme con él o no. Inventé una excusa tonta pero algo creíble. De todas formas dudaba mucho de que mi yerno me corriese del baño o algo así, además si quería decir algo de eso le diría a mi esposo y a mi hija que fue él el que intentó meterse a bañar conmigo. Me desnudé desde mi cuarto y recorrí el pasillo desnuda, me metí al baño y lo vi echándose shampoo en el cabello, ni siquiera me podía ver. Me acerqué más y más y corrí la puerta de la ducha, entonces él preguntó: ¿suegra? No le respondí nada y me metí con él, tenía un pene bestial. No tenía una erección pero aún así ya era casi tres veces más grande que el de mi marido en erección. Entonces le susurré.
    
    —¿Está bien si te lavo la espalda?
    
    —No sé... ¿qué hace aquí, señora?
    
    —Me estoy duchando contigo, tonto.
    
    —Pero, eso no es normal, digo, las suegras no se meten a bañar con los novios de sus hijas.
    
    —Es para conocernos mejor, Caleb, no hay nada más íntimo que el baño, mi madre hizo lo mismo con Edgar, no es nada malo a como yo lo veo.
    
    —Si usted lo dice— Seguía quitándose shampoo del cabello.
    
    —¿Te lavo la espalda?
    
    —Si quiere, pero no sé...
    
    —Relájate, por cierto, dime Lisa.
    
    —Está bien, señora Lisa.
    
    —Sólo Lisa.
    
    —Está bien, Lisa.
    
    Comencé a cepillar su espalda con un estropajo y él ya se había quitado todo el shampoo y aún así no se daba la vuelta para verme, ...
    ... estaba muy tímido. Sé que soy una mujer mayor, a los cuarenta y cuatro ya nadie es una jovencita, pero me sé atractiva para los hombres.
    
    —Ahora, dime la verdad, ¿quieres a Abigail?
    
    —Mucho.
    
    —¿Y a mí también me quieres?
    
    —Sí, pero no de la misma forma.
    
    —¿Qué forma entonces?
    
    —Es algo complicado de explicar, está raro.
    
    —Yo a ti te quiero como quiero a mi marido.
    
    —¿En serio?
    
    —Sí, puede que un poco más porque siempre anda amargado.
    
    —O sea que si no tuviera esposo yo le gustaría.
    
    —Sí, pero ya sé que no es recíproco, estás muy joven para mí.
    
    —No, usted también me gusta, perdón, me gustaría si no estuviera con Abi.
    
    Me di la vuelta y le pedí que me lavara él la espalda.
    
    —Untame el jabón con las manos, así es más... rico.
    
    —Como usted quiera, tiene una piel muy suave.
    
    —No sabía que te podía gustar una mujer como yo.
    
    —No diga eso, usted está hermosa.
    
    —Pero soy algo vieja.
    
    —Usted no está vieja— Dejó de untarme el jabón y se puso un poco más.
    
    —Eres un amor, Caleb.
    
    —Estás perfecta.
    
    Sentí sus labios en mi cuello y sus manos llenas de jabón líquido en mis tetas. Me estaba excitando bastante. Doble un poco el cuello para mirarlo y él me besó en la boca y metió su lengua. Me comencé a dar la vuelta y entonces dejó de besarme, se agachó y metió su cara entre mis piernas.
    
    —Te huele igual que el de Abi.
    
    Yo me reí un poco por eso y entonces metió su lengua en mi vagina y de vez en cuando rozaba mi ano con ella. Era buenísimo en el ...