Visitas a mi vecino (El padre de Oscar)
Fecha: 04/03/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos
... puerta de su casa y le cedió el paso para que entrara.
- ¡Hola, máa!, ¿ya estáis cenando?
- ¡Si, hijo!
La madre de Rafa enseguida miró a Diego
- ¿Y este?, ¿que hace aquí?
- Es que se ha enteráo de que tengo grabáo el partido del jueves y como no lo pudo ver, me la pedío pa verlo esta noche.
- ¿Tu también juegas al fútbol?, dijo Oscar
- ¡Si!. Cuando quieras te vienes a verme jugar ¿vale?
La abuela se dio cuenta de que a su nieto le gustaba Diego...
- ¿Si quieres cenar?
- ¡No!, ¡no Sra.!, ¡de verdad! Se lo agradezco mucho, pero he quedado con mis amigos; y miró a Rafa
El Rafa vio que su hijo miraba a Diego de una manera especial; y con voz cortante dijo:
- ¡Te quedas y punto!...
Y arrimó otra silla a la mesa
- ¿Te gusta la tortilla de patatas?, le preguntó la abuela
- Si, Sra., ¡me encanta!
- También tengo una poquita ensaláa de pimientos, que le va mu bien y unos boquerones recién fritos.
- ¡Genial!, dijo Diego
- Pues ya está.
Era evidente que al chiquillo le gustaba Diego y quería hacerse amigo de él. No dejaba de mirarle embelesado y con los ojos muy abiertos
- Yo también quiero ser futbolista, ¿sabes? le dijo, muy animado…
... y entraron en una conversación muy graciosa y amena…
La abuela y Rafa, les observaban en silencio y se miraban de reojo… y mientras cenaban, el ambiente fue relajándose, poco a poco... hasta que quedó claro, que Diego era aceptado en esa casa.
Cuando terminaron, Rafa le llevó a su ...
... habitación y se desnudó delante de él, sin ningún reparo
A los pocos minutos, oyeron a la abuela, que tras haber acostado al niño se despedía de ellos...
- ¡RAFA!, QUE ME ACUESTO!… ¡HASTA MAÑANA!
Diego se había tumbado en la cama, esperando que saliera de la ducha; y olisqueaba entre las sabanas, disfrutando de ese olor a macho.
Cuando Rafa apareció por la puerta, se sobresaltó un poco; pero después de mirarle fijamente a la cara, bajó la mirada y posó sus ojos en esa pequeña toalla que llevaba enrollada en la cintura.
- ¡Bueno!, ¿de que quieres hablar conmigo?, dijo Rafa, prácticamente susurrando. Y ¡por favor!, habla mu bajito, que mi hijo está durmiendo ¡vale?
- ¡Joder, tío!… es que me gustas mogollón...
Le puso la mano en el paquete y le miro con ojitos de cordero degolláo
- ¡Chsss, chss, chss!, un momentito. Que eso cuesta dinero ¡eh! Y tu, no creo que tengas pa estos vicios…
- Yo soy capaz de romper la hucha, si es dinero lo que quieres. ¿Cuanto me cobras?
- ¡A ver, tío! Tu eres mu joven para pagar. Así que, olvidate del tema ¿vale?
- Es que no veas como me gustas, tío...
- ¡Mira!… ¿como te llamas?
- ¡Diego!
- Diego. Lo que tu viste antes por la ventana, ocurrió porque tengo que cuidar de mi madre y de mi hijo... y ahora, no tengo curro. Pero a mi no me gusta eso ¿vale?
Diego se quedó callado; y le miró decepcionado y casi rendido. Y se levantó para irse, aceptando la negativa...
- ¡Además!, aquí no podemos hacer nada… ¿no ...