Patas arriba (XVII) - Relatos Eróticos

Patas arriba (XVII)

... así que entraré a verla.

Cami

No sé por qué hago esto, pero hoy le pedí a mi papá Fran invitar a Joseph a comer en casa, creo que ya es hora de limar asperezas entre primos. Mientras todo estaba listo me senté en mi cama y recordé cómo empezó todo: hace unos cinco años era un puberto en plena edad del pavo, Mariana tenía trece años y estábamos jugando en un parque en medio del juego terminamos escondiéndonos de Joseph que era un poco mayor, los dos tuvimos la brillante idea de meternos detrás del mismo arbusto y cuando Joseph nos encontró estábamos dándonos nuestro primer beso, claro que eso mi primo no lo sabía, pero aunque lo hubiera sabido, no creo que su cabreo hubiera sido menor, es cierto que todos somos adoptados, pero ellos dos sí que son hermanos de sangre, así que supongo que prevalecieron sus celos de hermano mayor, desde entonces Joseph y yo no hablamos, ni siquiera en las reuniones familiares, a las que normalmente no vamos, yo me llevo bien con Mariana, los dos sabemos que eso fue tontería de niños y ni siquiera nos pasó por la mente repetirlo en ningún momento, yo pienso que fue el poder besar a alguien que no se burlaría de nosotros por hacerlo mal, ese primer beso no fue romántico ni por amor, fue mera curiosidad de niños, en fin, Joseph no lo entendió, pero me gustaría poder explicárselo y creo que mi papá Fran entendió, porque me dijo que la comida estaba lista y que él y mi papá Luis comerían fuera para que tuviéramos vía libre para ...

... hablar.

Justo entonces me entró una llamada de Ylian y le comenté lo que planeaba hacer, mi mellizo de otra madre curiosamente entendió perfectamente la situación y me recomendó una forma de enfocar las cosas y creo que le haré caso, debo asumir mi parte de la culpa, al final de cuentas era yo el que la besaba y el juego era que Joseph nos encontrase, ¿no? Lo lógico era que nos viera.

Joseph

- Vaya, tío Anderson, creí que nunca me tocaría narrar a mí... bueno, lo que sé es que me da mala espina esa invitación de Cami a comer “para limar asperezas”, bien sabe él que no me hace nada de gracia que besara a mi hermana, pero tampoco sabe que hay otras cosas que me gustaría poder reclamarle, por ejemplo, que fuera el favorito del tío Tavo, o que el tío Javi se desviviera por él, los dos somos cercanos en edad, además, él conoce a su madre biológica, yo no, puede que él no sepa quién es su padre, como tampoco lo sé yo, pero además, si no fuera porque los tíos Luis y Fran decidieron contarle que es adoptado, no necesitaría saberlo, aunque es obvio al tener dos padres hombres, yo en cambio todavía tengo pesadillas con el orfanato donde crecí, no me malinterpretes, no me maltrataron, pero era duro ver que todos los niños conseguían una familia que los quisiera, mientras que yo iba envejeciendo y cada vez era más el “niño problema” que nadie quería. En fin, ¿qué me recomiendas?

- Creo, sobrino, que lo que tienes se llama celos, deberías al menos escucharle, recuerda que Cami llegó a sus ...