1. El mejor sexo que he tenido con mi suegra


    Fecha: 06/03/2019, Categorías: Incesto Autor: DpaniCR07, Fuente: CuentoRelatos

    ... comencé a acariciarle la espalda quitándole la blusa hasta dejarla en brasier blanco de encaje, deteniéndome en el broche del brasier, maniobré en él hasta liberar sus pechos. Mi suegra soltó entonces el pene de su boca y me dijo:
    
    Ana: Me vas a comer yerno?
    
    Yo: Si Ud. me lo permite, quiero comérmela de pies hasta la cabeza
    
    Ana: Quiero que me folles como te follas a mi hija
    
    Yo: Más rico te voy a follar
    
    En eso yo la levanto la subo al desayunador y empecé a mamarle los pechos, que estaban deliciosos tampoco voy a mentiros ahora, no se trataba de dos deliciosas, apretaditas y adolescentes tetas, no; pero ¡Dios mío!, para 49 años aquella mujer tenía dos soberbios pechos, un poco caídos, pero cuyos pezones grandes como lanzas en cuanto comencé a chupárselos.
    
    Ana: ¡Para, para un momento! –me susurró entre gemidos, No sé si esta correcto hacer esto
    
    Yo: No sé si esta correcto o no pero tengo tantas ganas de follarte como nunca lo he hecho
    
    Ana: (Entre la moral y la excitación) Vamos al cuarto!
    
    Entonces nos fuimos para la habitación yo no iba a dejar que se echara para atrás entonces la abrace por detrás besaba su cuello mientras iba acariciando su culo por encima del short, luego empecé a quitarle el botón del short y lo abrí e introduje mis manos por su culo sintiendo como ese hilo pequeño se iba perdiendo entre sus nalgas y recorrí de atrás hacia delante la raja de su culo… Mientras, ella, no dejaba de gemir.
    
    Luego, coloqué con decisión las manos en su ...
    ... cintura y, con toda la delicadeza que me permitía mi excitación, metí mi mano encima de su hilo y podía sentir lo mojada que estaba acariciando su vagina que era demasiado deliciosa tenía unos labios vaginales grandes y empecé acariciarla como masturbándola no pudo caminar más sino que se retorcía de lo excitada que estaba a como pudimos llegamos a la habitación me pidió que no prendiera la luz ya que le daba verguiza ver su cuerpo a como pude le dije que era hermosa y comencé a trabajar en su autoestima y logre prender la luz luego fui donde ella y bajé su hilo hasta sacársela por los pies. Me recliné hacia atrás sentándome al borde de la cama y contemplé, un instante, aquel soberbio cuerpo de 49 años.
    
    —¡Qué!, ¿te gusta lo que ves? —dijo mi suegra, y sin esperar contestación se echó hacia atrás su pelo rubio, apoyó un pie en la cama y, así, bien abierta de piernas, se apartó los labios vaginales, comenzó a estimular su protuberante clítoris a unos centímetros de mis narices.
    
    —Déjame a mí, –atiné a decir, y de manera decidida, me levanté, agarre a mi suegra bajo las axilas la tumbé boca arriba sobre la cama. Entonces fui yo el que separé sus piernas y, hundiendo mi cara en su depilada vagina, comencé a realizarle una suculenta mamada, y los gritos del primer orgasmo que tuvo mi suegra es probable que se oyeran por toda la casa.
    
    — ¡Por favor, métemela de una vez!, –dijo cuándo recuperó aliento.
    
    Sin embargo, yo no estaba dispuesto a desperdiciar tan rápido aquella ...
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