1. El mejor sexo que he tenido con mi suegra


    Fecha: 06/03/2019, Categorías: Incesto Autor: DpaniCR07, Fuente: CuentoRelatos

    ... ocasión. Dejé, sí, de chuparle su experta vagina y la levante de la cama; pero, hice que, una vez de pie, apoyara su torso sobre una mesa que estaba a la par de la cama me hinque y separándole las piernas dejé a mi alcance su orondo culo. Primero chupé sus nalgas, con mi lengua comencé a estimular su ano a mamarlo como nadie se lo ha hecho al poco tiempo introduje un dedo en su ano, lo lubrique bien con saliva, le metí uno por el ano.
    
    –¡¿Qué haces?! –chilló queriéndose incorporar, la apoyé firmemente en su espalda y la inmovilicé.
    
    — Tranquila, –le susurré– no te voy a hacer daño. Seguro que esto no te lo hizo nunca el idiota de mi suegro.
    
    — Es verdad –suspiró resignada.
    
    Entonces introduje un segundo dedo y comencé un lento y suave mete-saca. Cuando oí que los quejumbrosos gemidos se tornaban en suspiros de placer, me levante y puse mi gran pene en su vagina, sin sacar los dedos de su culo, empecé a meterlo poco a poco hasta que se la comió toda. me dijo: uuuyyyy siento que llega hasta mi cabeza que ricooo! la vagina de mi suegra estaba enormemente dilatado por la excitación, el orgasmo y los años de uso, así que tras calentarla, aún más si podía ser esto, retiré mis dedos de su culo, y comencé a metérsela duro agarrándola por la cintura. Cambiamos de posiciones me senté en la cama y en ella sentó en mi pene como una gran experta y se lo comía sin ningún problema, hicimos el perrito, la cucharita y todas las poses que conocíamos sus gemidos aun están grabados en ...
    ... mi mente como si fuera hoy cuando de repente me dijo: Quiero que me la metas por el culo, pero con delicadeza porque nunca me he comido un pene por el culo.
    
    Comencé a meterle otra vez los dedos hasta dilatar su ano poco a poco comencé a ponerle la cabeza de mi pene en el ano y poco a poco comente a introducirle en su ano virgen uuuuffff que excitante escribir esto, ya había entrado la cabeza cuando dijo:
    
    — ¡Sácala, sácala… por favor te lo pido!
    
    Pero no hice caso, La apreté firmemente en la cintura estábamos en la posición del perrito, de momento, en mi entrada. Cuando se calmó un poco, deslicé, con delicadeza, una mano por su barriga, bajé un poco más y, acariciando su vagina los labios que estaba llenos de juguitos, comencé a acariciar el clítoris que ya lo tenía grande de tanta excitación. El suave roce obró rápidamente el milagro, no había duda de que el dolor había desaparecido. Entonces empujé un poco más… y un poco más… y un poco más… hasta sentir en roce de sus nalgas en mis huevos. Me recliné sobre ella y le susurré: –¿Suegra ya no te duele?
    
    No me contestó, tan sólo encogió un poco el culo y lo volvió a empujar hacia atrás enterrando un poco más mi polla en sus entrañas… Indudablemente aquello marchaba. Amigos lectores, ¡que gusto!, aquel culo virgen estaba deliciosamente apretado en torno a mi pene y comencé a entrar y salir, primero muy despacio… luego un poco más rápido… y luego un poco más… Cada vez era más fácil el mete-saca ya en ese momento no pude ...
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