1. La venganza. Ojo por ojo, polvo por polvo. Sexo en la oficina


    Fecha: 07/03/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... cerca de acabar.
    
    Puedo aguantar bastante tiempo, pero ahora no, necesitaba desagotar toda la leche acumulada. Le aviso que no puedo más, que ya me viene.
    
    —Me viene, tomá, tomá, tomá! Le estoy largando la leche, no paraba de brotar.
    
    Estoy en otra galaxia, disfrutando el placer de mi leche fluyendo dentro de la conchita apretadita, me aspirara la pija y absorbe el líquido que largo dentro. Sigo moviéndome en ella, ayudándola.
    
    Una voz, lejana, como un quejido pero distante, dice:
    
    —Estoy... acabando, ¡qué lindo es, qué bueno! Decía sorprendida por lo intenso.
    
    El orgasmo se produjo al sentir el chorro de semen en la vagina, el calorcito del líquido aceleró los tiempos y produce en ella este orgasmo violento y sorpresivo.
    
    —No me la saqués, esperá un momento, quedate en mí. Te siento.
    
    Nos separamos, con mi pañuelo se limpia el contenido que le dejé dentro de la argolla. Nos reponemos para poder volver sin demasiados rastros de la cogida. Sentados, nos miramos, hablamos.
    
    Me confió que estaba indignada, ayer al volver a su casa antes de lo habitual, encontró al cretino del marido encamado con su hermana. No la vieron. Más herida que enojada salió sin que lo notaran. Retornó bastante más tarde, como si nada.
    
    En ese momento decidió aplicarle la misma medicina al marido, no joder a su cuñado, no causar problemas familiares, quería demasiado a su hermana. A cornuda, cornudo y medio.
    
    Me propuse cumplirlo. A vos te conozco, discreto, de confianza, estabas ...
    ... cerca, qué más.
    
    —Estuvo bien, pero incómodo y apurado. Decía con ganas de más.
    
    —Sí, tenés razón. Y... si a la salida nos tomamos una copa en un lugar “acogedor”?
    
    —Bueno, me gusta lo acogedor, asiente con un piquito.
    
    Salimos y llegamos rápido al acogedor refugio. Nos duchados, en la cama conversando, una copa en la mano y un deseo por saciar en el sexo.
    
    Nos besamos con pasión, metemos mano a lo loco, no queda lugar sin caricias besos y chupadas. La pija y concha, que se llevan las preferencias. Le hice los honores a esa concha que me dio tanto placer, para no quedar en deuda, ella, pagó con una mamada a la verga, de película.
    
    Me acosté boca arriba, bajó al choto para darle una mamada lenta y profunda. Hice que se abriera los labios vaginales y se lo metiera dentro de la conchita, como recién con la boca. Fue bajando sobre la pija, despacio iba desapareciendo en su carne caliente, la tenía toda metida, sus nalgas estaban en contacto con mis huevos. Quieta, disfrutó de toda la carne dentro de su carne, el calor y la dureza aprisionada en el calor y los flujos de la suya.
    
    Saciado el disfrute, en silencio, comenzó la danza vibrante y ruidosa, cabalgaba con desenfreno, gimiendo en cada galope, quería ejecutar su venganza con el látigo de carne enhiesta que la empalaba hasta la garganta. Caliente a mil, explota en un orgasmo ruidoso y convulsivo, aprieta con fuerza la vagina estrujando al choto preso en ella.
    
    No para de acabar, liberada sigue sin solución de ...