1. EL BUEN HERMANO PARTE 2


    Fecha: 07/03/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Luego de tantos días grises tras la pérdida de nuestros padres, cada uno fue recuperando poco a poco el ánimo y la compostura. Teníamos que volver a nuestras rutinas y obligaciones, sobre todo mis hermanos, pero decidimos que seguiríamos durmiendo los tres en la cama matrimonial de nuestros padres. Era grande y cabíamos cómodamente; habíamos dormido allí desde el accidente, abrazados y melancólicos. El menor, Bruno, dormía siempre en el medio para sentirse seguro y protegido. Fue el que peor la pasó y el que más rápido se recompuso. Con Sebastián acordamos que ya era tiempo de iniciarlo a nuestras aventuras amorosas, y era necesario actuar con sutileza y sin forzar las cosas. Él nos amaba como nosotros a él, solo quedaba plantar la semilla del deseo y la pasión. Sería Sebastián quien daría los primeros pasos, bajo mi estricto seguimiento. Los días pasaron y sucedió que Bruno acudió a mí para quitarse las primeras dudas. —Javier, ¿te puedo contar un secreto? —El que quieras, precioso. —La otra vez vi a Sebas sin querer en la ducha… ¡Y le vi el pito! Bruno parecía sorprendido y asustado por el hecho. —No pasa nada Bruno, es tu hermano y como vos y yo, tenemos pene, todos los varones tenemos pene. —Si pero era grande y tenía pelos, yo no lo tengo así. —Es porque son un nene todavía, cuando crecemos también crece nuestro pene y empiezan a salir vellos en todo el cuerpo. —¿O sea que vos también tenés pelitos? —Sí. ¡Más que tu hermano! Bruno quedó pensativo y lo abracé fuerte. Le ...
    ... di un beso en la boca y le dije que nosotros éramos hermanos y no tendríamos que tener vergüenza de nuestros cuerpos porque además nos amábamos y eso era especial, aunque no todos nos comprenderían y por lo tanto, nadie debía saberlo, era nuestro secreto. Más tarde mientras Sebastián jugaba con Bruno, noté que le apoyaba su paquete por detrás, lo hizo en varias ocasiones, y me divertía la expresión en el rostro de Bruno, le agradaba. Me sumé al juego a mi manera, ya en la noche lo abraza por detrás apoyándole mi verga durísima en su trasero y como era de esperarse mi hermano contraía las nalgas y se apretaba más y más contra mi verga. El placer era tal que terminaba humedeciendo por completo mis calzoncillos. Esto se repetía todas las noches. Por la mañana mi hermano Sebastián siempre era el primero en despertar y nunca se olvidaba de despertarme primero a mí con el mejor de los regalos. La escena no cambiaba. Yo dormía plácidamente hasta sentir como era despojado de mis prendas y al abrir los ojos me encontraba con mi verga dura dentro de la boca de Sebastián. Cada vez lo hacía mejor. Subía y bajaba en giros como un remolino húmedo, apretándome graciosamente los testículos con la mano y sobando mis anchas piernas. Su lengua viajaba a través de piel y vellos, por las bolas hasta el glande rosado y baboso. Y yo acariciaba la suave espalda de Bruno, que dormía profundamente, y metía la mano dentro de sus shorts para tocar esa colita redondita y suavecita. Me encontraba en el ...
«123»