1. Su noviecita, su culito y yo


    Fecha: 07/03/2019, Categorías: Grandes Series, Autor: Hunter, Fuente: CuentoRelatos

    Yo ya había culeado varias veces con José. 18 años, delgado, buen porte, medía 1.78 y era un skater desde niño. A él le encantaba ponerme a mamarle la pinga en cualquier parte y se hacía el bravucón. Sus nalgas estrechas y chiquitas parecían dos naranjitas grandes, duras, peluditas pero con la raja totalmente lampiña. Tiene una verga normal, no más de 7 pulgadas pero gorda, cabezona y sin circuncidar.
    
    Lo que me arrecha de él es su olorcito a macho, tiene el sobaco velludo, con unos pelos largos y lacios que le hacen ver mayor de lo que realmente es. José es interesado, solo quiere plata por culear conmigo, o si no, algo de yerba, guaro, comida gratis, paseo, eso si, muy divertido cuando está borracho.
    
    Cuando ya teníamos confianza lo invito a él y un amigo más a pasear a una casa de campo. Todos los gastos pagos. yo iba preparado para hacer una fiestota, bien rica, con los dos. Cuando los paso a buscar al ghetto de mierda donde viven me encuentro, OH SORPRESA, que el José llevaba una invitada, una amiguita que quería ir con nosotros ese fin de semana. Una chica blanquita, de 18 años, recién graduada de una escuela privada, con un par de tetitas responsables pero sobre todo, de un buen culo. La cabellera larga y se le veía que tenía rato de andar rodando por las pingas del bajo mundo. Por supuesto que yo me cabreé pensando que este huevas me iba a poner a gastar sin culear porque llevaba su amigaza para darle huevo mientras yo me quedaba con manuela. Esta, ni por la puta ...
    ... que me la hace.
    
    En el camino paré en un Do It Center y compré dos rollos de cinta gris, de esa plástica gruesa. Ya en el supermercado me preparé con un par de botellotas de guaro, compré ron, vodka y una botellita de whiskey del baratito y tres paquetes de cigarrillos Malboro rojo. Coca Colas, Pepsis, jugos de naranja, todo un mini bar.
    
    Apenas llegamos los tres se pusieron a enrollar hierba y a fumar como putas en cuaresma. Al rato, en la penumbra, veo como el José le va metiendo mano a Claudita, sobándole las tetas, besándola y apretándole la chuchita a través del pantaloncito. Eso me pone arrecho, verlo así y yo con ganas de culeármelo. Lo más risible es que ella le soba el huevo y ni siquiera se le para.
    
    Cuando ya vi que estaban los tres bien bateados les sirvo en los tragos un buen par de chorritos de Acedán, que uso para calmar a los animales que se trasladan a veces de finca en finca. Eso, el guaro y la yerba los puso a los tres bien batos, Bien batos digo que se reían solitos y se quedaban como pendejos viendo al aire.
    
    El amigo de José, un negro bastante guapo pero que no era mi tipo, se quedó dormido en el sofá. Yo me llevo a Claudia, la amiguita perra, a la cocina y comienzo a tocarle las nalgas suavecito. No le gustaba pero tampoco se quejaba mucho, creo que estaba más concentrada en ir a fumar yerba que en que le tocara su culote.
    
    Cuando regresamos está José sin camiseta, tomando y babeándose a la vez. Yo le digo que se aliste, que vamos para la cama ...
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