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Perdí mi virginidad a los 12 años... ¡Con mi maestro de educación física (gimnasia)!
Fecha: 08/03/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... ahora podía asegurar medía 23 cm. El dolor era inmenso, la sensación de ir al baño eran grandes. Sentía esa verga palpitar dentro de mi, sentía esas venas que le vía cuando me la enseñó, sus embestidas eran bestiales, podía sentir que sudaba y gotas caían en mi espalda y nalgas. Sus huevos chocando con los mios que eran pequeños, sentía todo ese pelo en mi piel. Gritaba con su mano en mi boca, y el llanto era fuerte, casí no veía las sabanas de su cama al estar boca abajo. A: ¿Te gusta puto? ¿Era lo que querías? Por eso me tocabas, y ayudabas. Me veías el bulto en las clases y el recreo cuando pasaba frente a ti. ¿Crees que no lo noté desde el principio? Eres mi putita ahora. Este culito tan apretado y virgen es y será siempre mio. Yo: Por favor, deténgase. Me duele mucho y me arde. Tengo miedo. - Creí que no me escuchaba pues me aún cubría mi boca, pero ya no con su mano sino con la cama. A: Me vale verga. Te estoy haciendo hombre, y no pararé hasta dejarte mi leche. - Sus embestidas bajaron a un ritmo normal, pues estaba cansado, pero a veces dejaba caer su cuerpo peludo en mi espalda para seguir diciéndome groserías, y no dejaba de cogerme. Dejé de llorar fuerte, y ya solo era un llanto mudo. Me volteó boca arriba y volvió a penetrarme, pude ver sus ojos, estaban llenos de lujuria. Sudaba mucho, su cabello le colgaba de lo mojado que estaba, sus vellas era ahora hilos humedos pegados a su cuerpo y gotas caían sobre mi. En ese momento y a pesar de lo que me estaba ...
... haciendo de manera violenta y sin sentimiento alguno, me volvió a gustar. De cierta manera descubrí que realmente ese era mi sueño y deseo. Que me cogiera de alguna forma, los dos solos completamente. A: Así me gusta, quietecito. Quiero verte la cara cuando me venga dentro de ti. Podía sentir que su verga palpitaba con más fuerza, sabía que estaba a punto de venirse. A: Que rico estás. Ninguna morra me calentaba como tú lo haces. Ahi te van mi mocos. Aaaahhh. Aaaaahhh. Sus gritos terminaron por enamorarme más de él, era un macho definitivamente y yo ahora era su puta. Sentía esos chorros de su leche dentro de mi, calientes, su semen entrando en mi cuerpo convirtiéndose ahora parte de mi. Por un momento creí que se estaba orinando, pues sentía demasiado líquido. En su último chorro me besó en la boca, un beso que para mí fue largo y rico. Al final me lamío la nariz muy suavemente. Es cuando se salió dentro de mi, y se fue al baño. Volví a llorar, y me pusé de lado viendo a la ventana. Sabía que había abusado de mí, y que a lo mejor me había lastimado y que podía enfermarme de algo, pero a la vez estaba feliz por dos cosas. Uno, ya no era virgen, y dos, fue el maestro que era mi amigo a pesar de eso y que podía decir que fue mi primer hombre que me hizo suyo. Ví el reloj que tenía en la pared y noté que eran la 1:30 de la tarde, además estaba lloviendo muy fuerte, como si el universo se hubiera puesto de acuerdo con él, para que los vecinos no oyeran los gritos que hacíamos. A: John, ...