1. Amalia y un camionero


    Fecha: 09/03/2019, Categorías: Intercambios Autor: murgis, Fuente: CuentoRelatos

    ... camioneros.
    
    Me he caído, se me ha pinchado la bici así que me tengo que volver andando a casa…
    
    Si quieres metemos la bici en el camión y te acerco a tu casa.
    
    Gracias, pero no creo que sea correcto aceptar la ayuda de un extraño.
    
    No soy un extraño, todos los fines de semana pasas por aquí y nos saludamos.
    
    Le dedicó una de sus bonitas sonrisas.
    
    -Sí nos saludamos, pero eso solo indica que somos educados, aunque no conocidos, ni siquiera sabes mi nombre ni yo el tuyo…
    
    -Me llamo Eduardo.
    
    -Yo Amalia.
    
    ¿Estás tú solo? ¿Y el resto de los camioneros?
    
    Han ido a cenar y divertirse a la ciudad, yo no tengo mucho dinero así que decidí quedarme leyendo un libro. Pero me alegro de haberme quedado, así he podido conocerte.
    
    Gracias, estás siendo muy amable.
    
    ¿Me dejas que te ayude a curarte las heridas? aquí al lado hay una pequeña fuente, acércate a ella mientras voy a por el botiquín del camión.
    
    Vale, creo que sí, además me vendrá bien descansar un poquillo.
    
    Se acercó a la fuente, dejo la bici al lado de un banco, él llego con un botiquín y una toalla que le pasó, le dio las gracias y comenzaron a charlar mientras ella mojaba la toalla en el agua y la pasaba por las heridas de la pierna, los brazos y las manos, ella se fijó como él la observaba, le empezó a dar morbo, posó la vista en su entrepierna que parecía un poco abultada, él abrió el botiquín y sacó el desinfectante, ella se sentó en el banco, él se arrodillo y se lo pasó por los rasguños de la ...
    ... pierna, ella se contrajo, él comenzó a soplar para aliviarle el escozor.
    
    ¿Tienes frío? en este tiempo, cuando se oculta el sol baja la temperatura.
    
    Un poco la verdad, aquí parada sin hacer ejercicio se nota.
    
    Tenía los pezones duros y la piel de gallina pero no quería admitir que era por el deseo que estaba creciendo dentro de ella, por tener una buena polla en su coño.
    
    -Si quieres te acerco en el camión, estamos lejos de la ciudad y no sería aconsejable que caminaras sola por estas calles, quien sabe con quién te podrías encontrar, y no me gustaría que abusarán de una señora tan bonita y hermosa como usted porque es casada ¿no?, ella contesto que sí. Le pareció gracioso, porque con lo necesitada que estaba no sabría quien estaría en peligro, si ella o él, porque lo único en lo que pensaba era en follárselo…
    
    Fueron andando hacia el camión, él le llevaba la bicicleta, la dejo en la parte de atrás del camión, como la cabina estaba muy alta, la ayudó a subir y al hacerlo le acarició disimuladamente el culo, ella se mordió el labio inferior, se sentó en el lado del copiloto, comenzó a inspeccionar toda la cabina mientras él entraba por el lado del conductor.
    
    Está un poco desordenada –comentó él.
    
    No me he dado cuenta, lo que pasa es que siempre he sentido curiosidad por saber cómo sería por dentro, cuando paso siempre tenéis las cortinas echadas. No es gran cosa pero te la enseño, las cortinas son para darnos un poco de intimidad, el asiento en el que estás tú ...
«1234...»