1. 69 es mi número de la suerte (parte 1)


    Fecha: 10/03/2019, Categorías: Confesiones Autor: Madame Pussy, Fuente: CuentoRelatos

    Celina nunca se había involucrado con un cliente. Ella era muy profesional en su trabajo y, si bien las propuestas de los hombres que venían a consultarla por temas laborales no le faltaban, siempre había encontrado la forma elegante de eludirlas. Pero bueno, siempre hay una excepción a toda regla.
    
    Lucio era hermano de un compañero de escuela de Celina y así fue como llegó hasta ella. La consultó por un producto, comenzaron a intercambiar correos electrónicos y llamadas telefónicas. En poco tiempo el empezó a mandarle mensajes más seguidos y menos relacionados con la compra que iba a realizar. A veces sólo para decirle que estaba tomando una copa de vino y si quería ir a compartirla con él. O para contarle que estaba comiendo empanadas en la feria de la plaza. A Ceclina, que estaba en proceso de separación de su pareja, esto lejos de molestarle le causaba curiosidad y algo de ternura. Ella siempre había sido una mujer introvertida, de pocos amigos e incapaz de tomar una iniciativa con un hombre. Pero el pequeño interés que Lucio demostraba le producía calorcito en el corazón y entre las piernas. No se conocían personalmente y eso también le generaba un morbo extra. Quíen era este señor del que sólo sabía que tenía unos 11 o 12 años más que ella? Cómo sería? Le gustaba mucho que él la llamara por teléfono con alguna excusa relacionada con la transacción comercial, para hacer una innecesaria consulta que duraba 1 minuto y luego hablaran 40 minutos de cualquier cosa. Era ...
    ... como la fantasía perfecta.
    
    Hasta que un día, con no se qué excusa, Lucio la invitó a tomar un café. A ella le latía el corazón y le sudaban las manos y la entre pierna mientras lo esperaba. Pasó a buscarla y la llevó a un lugar insólitamente lejos para un café. Ella se sentía cohibida y más tímida que nunca. El era más viejo, menos alto y menos atractivo de lo que ella lo había imaginado en sus fantasias. Pero aún así, le gustó mucho. Ella había imaginado que cuando la volviera a traer a su departamente quizá lo invitara a subir, con la excusa de tomar algo más y que allí, frente a ese ventanal que daba al campo de golf (ella sabía que a él el golf le gustaba) él iba a confesarle lo mucho que ella le gustaba y terminarían teniendo sexo el resto de la tarde. Pero la realidad fue que tomaron el café y conversaron un par de horas de todo un poco y de nada en especial. Luego él la llevó a su casa, se despidió bastante fríamente y prácticamente no volvió a hablarle, con excepción de lo laboral.
    
    A Celina la puso triste entender que ella no le había gustado, pero depués de unos días lo olvidó.
    
    Sin embargo, Lucio volvió a aparecer después de un tiempo a través de una red social y volvió a hablarle de esa forma que, las mujeres se dan cuenta, insinúa algún otro tipo de interés. Celina se alegró, volvieron a las charlas telefónicas y a los largos chats. Es cierto, Lucio solía hacer enojar y ponerla de mal humor. Porque todo era motivo de chiste y porque ella no terminaba de ...
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