1. El joven de al lado


    Fecha: 10/03/2019, Categorías: Transexuales Autor: Edwan.sedafaar, Fuente: CuentoRelatos

    ... era justo a media altura en la barda de madera. Ahí estaba, era tan evidente que no sé cómo no lo había visto antes. En una de las maderas que conformaban la cerca, había un agujero del tamaño de una pelota de tenis. El oyó se apreciaba perfecto, seguramente había sido realizado con alguna herramienta.
    
    No pude evitarlo, sonreí, tras ese agujero podía apreciar uno de sus ojos, viéndome, espiándome, deseándome.
    
    -aquí vamos de nuevo pequeño- murmuré
    
    Mantuve la posición, sabía que había terminado por delatarse por qué mi actual posición a gatas lo estaba haciendo reventar de deseo. Más allá que mantenerla, envalentonada por todos los tragos de alcohol, empecé a mover mi culo lentamente, en círculos lo más sensual que podía. Con mi mano me retire el pelo de el lado del cuello que daba hacia él y con una mirada provocadora y unos labios queriendo besar me arqueé como una gatita estirándose y ronroneando sacando el culo en alto lo más que pude. En esa posición movía el trasero como ofreciéndoselo. Estaba completamente desenfrenada. Todo lo que no le di en 5 semanas se lo estaba pagando con creces. Quería que me apreciará al máximo, estaba poniéndome más caliente que el sol.
    
    -anda mocoso, mírame, se que te gusta lo que ves. Mi culo te mata, mis tetas te hacen delirar.- decía en susurros
    
    Volví a levantar la espalda y con una mano toque uno de mis pechos, Lo levante y lo apreté suavemente. Después lo dejé caer para que la gravedad hiciera su trabajo y lo hiciera ...
    ... rebotar lentamente. Sabía que le gustaría eso. Estaba ardiendo por dentro. Estuve haciendo movimientos cadenciosos en esa posición por casi 5 minutos. Hasta que decidí que había sido suficiente por hoy. Así que quise darle el toque final. Estando a gatas, volví a arquearme un poco sacando el trasero, lo moví lentamente arriba y abajo y después lleve una de mis manos a una de mis pompas y le di una sonora nalgada. El golpe hizo que rebotaran entre ellas. Después tome esa misma nalga, y la abrí un poco dejando ver el hilo del bikini que había estado oculto entre mi trasero y que ocultaba ligeramente mi culo y se perdía entre los labios de mi vagina.
    
    Listo- me dije. Estaba por componer la postura cuando el ruido tras la cerca de volvió más intenso. Volteé a aquella dirección y pude ver cómo las ramas se agitaban cada vez más. Pensé, este niño está loco. Pero aún no procesaba el pensamiento cuando por encima de la barda, donde estaba localizado el agujero, vi como una mano se sostenía de el borde de la madera y hacía esfuerzos por subir. Después subió la otra mano. Yo estaba así, petrificada, tratando de entender que estaba pasando, cuando en medio de esas dos manos, emergió la cara de ese mocoso. Tenía los ojos rojizos y la mandíbula apretada como prensa. En su cara no podía apreciar otro sentimiento más que locura, locura y deseo desenfrenado.
    
    -Qué demo...- me oí decir cuando impulsándose con sus manos salto la barda y cayó de pie sobre mi césped tambaleándose tratando de ...
«12...192021...29»