1. La reeducación de Areana (6)


    Fecha: 11/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... señora. -dijo la asistente con los ojos brillantes.
    
    -Y no se olviden de aplicarle la crema cada cuatro horas. –dijo Amalia y Milena se retiró para darle la buena nueva a Marisa. Minutos después ambas se dirigían al encuentro de Areana, que luego de comer se había tendido en la cucha, boca abajo sobre la cobija. Oyó el girar de la llave en la cerradura y enseguida el diálogo entre ambas asistentes:
    
    -¡Ah, pero mirá vos!. –dijo Milena. –La perrita tragó todo.
    
    -Sí, tal vez ya entendió que le conviene portarse bien. –imaginó Marisa.
    
    -A ver, vos, nena, salí de ahí. –le exigió Milena.
    
    Areana obedeció y cuando estaba por ponerse en cuatro patas Milena le ordenó:
    
    -Boca abajo en el piso.
    
    Y la pupila adoptó esa posición.
    
    Ambas asistentes, en cuclillas observaron el estado de sus nalgas y sus muslos. Las marcas rojas dejadas por la vara no se habían inflamado, lo cual las dejó conformes.
    
    -La crema hace su efecto. -observó Marisa.
    
    -Sí, evidentemente. -dijo Milena y deslizó sus dedos muy suavemente por las deliciosas y maltratadas nalguitas. Areana dio un respingo, inquieta, y entonces la asistente la tranquilizó:
    
    -Calma, nena, calma que no te vamos a hacer nada. –y siguió acariciando la cola sin que Areana volviera a moverse. y mientras Marisa hacía lo mismo con la parte interior de los muslos.
    
    -Abrí las piernitas, nena. –dijo Marisa y cuando Areana lo hizo comenzó a recorrer con su mano lenta y suavemente tan excitantes zonas de la anatomía ...
    ... femenina.
    
    -Te vamos a enseñar que si te portás bien lo que te vamos a dar es placer, mimos, caricias… Así… -dijo Milena y continuó recorriendo muy suavemente con su mano la deliciosa colita de Areana mientras Marisa hacía lo mismo con los muslos.
    
    -Te vamos a aplicar esa crema cada cuatro horas, bebota, y ya vas a ver que en dos o tres días estas lindas nalguitas van a estar como nuevas y tus muslos también…
    
    De pronto ambas asistentes se miraron: la pupila había empezado a ronronear como una gata. Las caricias hacían su efecto.
    
    -Te gusta, ¿eh, putita?... Te gusta esto que te hacemos… -arriesgó Milena.
    
    -Sí… sí, señorita Milena, me… me gusta que me acaricien… -reconoció Areana.
    
    -Agradecenos, entonces… -exigió la asistente.
    
    -Gracias… gracias, señorita Milena… -ronroneó Areana.
    
    -“Gracias, señora Marisa”… -dijo la mujerona.
    
    Y Areana repitió:
    
    -Gracias, señora Marisa…
    
    En determinado momento ambas intercambiaron un guiño cómplice y Melisa le hizo un gesto con la cabeza a Marisa. Ésta comprendió y palpó los labios vaginales externos de la pupila, que se movió, sorprendida. Melisa la calmó y entonces la Mujerona entreabrió esos labios e introdujo un poco su dedo medio, que retiró bañado en flujo. Miró a Marisa con una expresión de triunfo y ésta, al comprender, se inclinó sobre la pupila y le murmuró con su boca pegada a una oreja de la jovencita:
    
    -Mmmmhhhhhhh, la bebé esta mojadita… muy mojadita… Es que a la bebé le gusta lo que le estamos haciendo… la bebé se ...
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