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La reeducación de Areana (6)
Fecha: 11/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... Oíme, la señora me dijo: “afuera no hay vida para vos.” Tiene razón y esto te cabe a vos también, Marisa. ¿O no? -Sí, claro… -No tenemos familia, amigos, nada. -Es verdad, nuestra vida es este lugar. -Este lugar y las perras… -dijo Melina en tono de broma, para disipar una cierta tristeza que se había adueñado de ambas. Y así charlando llegó la hora de ir a buscar a Areana. Cuando ambas entraron en la habitación la pupila esperaba en cuatro patas y con la cabeza gacha, desnuda, como siempre y como siempre también, con su collar. -Oíme, perrita, te mojaste con nosotras después del almuerzo, ¿Te lavaste la conchita? –observó Melina -No, señorita Melina… La asistente tomó entonces la cadena del collar y llevó a la jovencita al baño. -Tomá el jabón, sentate en el bidet y lavate bien ahí. La pupila obedeció y cuando había terminado le llegó otra orden que la hizo sonrojar. -Ahora ponete jabón en la entrada del culito, enjabonate también el dedo medio, metelo bien adentro y movelo un poco. Mientras cumplía con la orden, Areana se sofocó de excitación al intuir que tales preparativos se debían a que iba a ser usada por Amalia, Ya con la conchita y el culito limpios, Milena la sacó del baño y junto con Marisa la condujeron al dormitorio de la señora, que esperaba cubierta con una bata blanca, de seda transparente y calzada con chinelas de raso, también blancas. -Retírense. –ordenó a ambas asistentes mientras devoraba con los ojos a su ...
... pupila. –Y vos, dulce, besame la mano, así es como debés saludarme. Areana se adelantó en cuatro patas y besó esa mano fina, blanca, elegante, que reclamaba sus labios. Amalia respiró hondo y exhaló después el aire en un largo suspiro. Se sentó en el borde de la cama y reclamó a la jovencita que girara: -Quiero ver cómo evolucionan tus nalguitas y muslos después de esa dura paliza que te di con vara. –dijo y Areana se estremeció ante el recuerdo de ese suplicio que había padecido. -Mmmhhhhhh, el culito va muy bien. ¿Te duele todavía? -No, señora, sólo me duele si intento sentarme… -Bueno, ahora parate de frente a mí con las piernas bien abiertas. La pupila obedeció y Amalia dijo luego de observar el interior de ambos muslos: -También las piernitas evolucionan bien… Sin duda la crema te está ayudando mucho. Ahora volvé a tu posición de perrita, porque eso sos, y contame qué estás sintiendo. Areana permaneció en silencio, tratando de identificar cada una de sus sensaciones, y por fin dijo en voz baja: -Siento… siento varias cosas, señora… Miedo de sufrir mucho en esa sala… Humillación… siento mucha humillación cuando tengo que comer en esos recipientes y llevando este collar de perro… Pero… me cuesta decir que… que también me siento… me siento muy excitada, señora… Todo eso que me humilla tambièn me excita… -y al decir esto sintió que las mejillas le ardían de vergüenza otra vez. -y prosiguió: Cuando la señorita Milena y la señora Marisa me maltratan, ...