1. La pediatra, mi hermana y yo.


    Fecha: 12/03/2019, Categorías: Masturbación Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... poquito a poco. Me bajé los calzoncillos, dejando a la vista un polloncete bien hermoso debido a la erección, mi hermana hizo un gesto de sorpresa al ver aquello, seguramente ella imaginaba que mi pito aún sería como el de un niño pequeño. La doctora fue comprobando las distintas partes de mis genitales hasta que llegó el momento de agarrarme el pene y bajarle la piel, como era normal, la piel no bajaba tan fácil, a lo que la doctora dijo: - Huy, parece que cuesta bajarte el pellejo en erección. - Si, pero tirando despacio acaba bajando. No se preocupe, no noto dolores ni nada. - Respondí yo, intentando que la doctora me hiciese caso y terminase la revisión. - Bueno, pero de todos modos tengo que mirar que no tengas infecciones en el glande y que todo esté bien, ahora no tengas prisa que será solo un momento. - Me dijo la doctora. Pues nada, que aquello tardaría lo suyo, mi erección no bajaba de ninguna manera, primero por las excelentes vistas que me había proporcionado mi hermana, y segundo porque la doctora llevaba ya un buen rato agarrando mi pene y bajándome la piel descpacito, lo cual me estaba comenzando a dar un gustazo increíble. Tenía tanta excitación que prácticamente me había desaparecido el pudor que sentía por aquella situación, y me estaba recreando en la escena: tenía a una madura guapa y atractiva agarrando mi rabo duro, y de postre la angelical presencia de mi hermana Sara, en braguitas, con sus preciosas tetas de adolescente a la vista, presenciando como ...
    ... la doctora manoseaba mi polla tiesa. Estaba tan caliente que incluso me contoneé un poco para añadir mas placer al suave y constante tirón de la doctora sobre mi pellejo. Todavía se añadió mas morbo al asunto cuando comprobé que a mi hermana se le habían puesto los pezoncitos duros, y no podía ser de frío, ya que estábamos en pleno Junio, ufff ¡mi hermana estaba disfrutando tanto como yo de aquello! Mi excitación fue hasta el límite cuando la doctora cambió el tirón constante por diversos tironcitos a intervalos, ¡aquello ya era casi como una paja! Mi cuerpo se estremecía, el gustazo que sentía en la polla era indescriptible, y como colofón final, mi mirada y la de mi hermana de cruzaron, quedándonos los dos mirando fijamente. Pensé que mi hermana retiraría la mirada avergonzada, pero para mi sorpresa, no solo siguió mirándome, ¡sino que se relamió los labios con toda la lujuria del mundo! Aquello ya fue el colmo y no pude aguantar más, varios chorros de semen salieron disparados por toda la habitación, en el que era sin duda, el mejor orgasmo que había tenido en mi corta vida. Tras aquella maravillosa experiencia, mi mente volvió a la realidad, sentí una inmensa vergüenza por lo ocurrido. Había dejado pringada de semen la bata de la doctora, su mano derecha, la camilla, e incluso uno de los chorros había caído en la pierna de mi hermana. Pedí perdón por aquel desastre, pero la doctora me tranquilizó diciendo que no pasaba nada, que era normal, y que no era la primera vez que ...