1. El odioso Fernando 2


    Fecha: 12/03/2019, Categorías: Gays Autor: demoblan, Fuente: CuentoRelatos

    Después de lo sucedido con Fernando estaba tratando de hacerme a la idea de la nueva situación.Trataba de mentalizarme de que aquella polla era tan solo un trozo de carne. Tan solo tenía que echármela a la boca de vez en cuando y todo estaría tranquilo. Sino, las consecuencias serían mucho peores.
    
    Aun así, mi inquietud ante el futuro era grande. ¿Qué sucedería cuando Fernando se cansara de mí? ¿decidiría delatarme? Tenía que encontrar una solución, pero no se me ocurría nada. Estaba metido en un buen lio. Mientras, tan solo me quedaba satisfacer sus deseos y procurar no traumatizarme con la idea. Había visto muchas mamadas en las películas porno, pero una cosa es verlas en película, y otra bien distinta es tener que hacer una. Por muy bien que trates de hacerlo el nerviosismo te agarrota y no sabes muy bien que has de hacer.
    
    Trataba de aparentar normalidad. No quería que mi mujer se diera cuenta de lo que estaba sucediendo.
    
    Habían transcurrido un par de días desde lo del cuarto de baño. No había podido borrármelo de la cabeza y la inquietud crecía en mi interior pensando en cuando sería la próxima vez que Fernando me pediría que volviera a repetir algo así.
    
    No había podido quitarme la imagen de su polla de la cabeza. Aún recordaba su risa mientras se la chupaba, y su sabor aún permanecía en mi boca. Me había tragado parte de su semen, y eso era algo que ya no podría cambiar nunca.
    
    Estando en mi despacho trabajando sonó el teléfono. Era Fernando que me pedía que ...
    ... fuera a su despacho en ese momento. Mi tranquilidad se había acabado y me dirigí a su despacho temiéndome lo peor. Pase. Allí estaba él repantigado en su sillón con una sonrisa de oreja a oreja, sabiéndose dominador de la situación. Me dijo que cerrara la puerta y fuera a su lado. Cuando di la vuelta a la mesa vi que tenía su enorme polla de fuera. Erecta, venosa y muy lubricada. Se le notaba que estaba cachondo y tenía ganas de fiesta.
    
    —Bueno, ya sabes lo que tienes que hacer. Esta se ha puesto dura y tiene ganas de descargar
    
    —Fernando, ¿hasta cuándo va a durar esto?
    
    —Bueno, no sé. Tu sigue chupando y ya veremos luego. No te preocupes, no tengo ganas de contarle a la empresa lo sucedido con el dinero, pero ya sabes, un favor por otro. Además, no te quejes tanto. ¿Cuánto dinero fue el que perdiste? ¿unos seiscientos mil? Piensa que cualquier puta te cobra unos veinte euros por mamada, con lo que si hacemos cuentas con la cantidad que perdiste, me tendrías que hacer unas treinta mil mamadas para compensarla.
    
    —Está bien. No hace falta que sigas. ¿Qué quieres que haga?
    
    —Pues que voy a querer gilipollas, que te arrodilles ahora mismo y me la chupes bien chupada.
    
    Me arrodille ante él. Cogí su polla y me la metí en la boca. Vista ahora nuevamente me día cuenta en realidad de su considerable tamaño. Mucho más grande que la mía. Trataba de relajarme y soltarme. Tomarme aquello con la mayor naturalidad posible. Tenía que hacer que Fernando disfrutara. Solo así no se ...
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