1. La Soledad de los LLanos (Capitulo 13)


    Fecha: 12/03/2019, Categorías: Grandes Relatos, Autor: Carlos Nagasaki, Fuente: CuentoRelatos

    ... estaba en el lugar donde ocurrieron los hechos- aceptó Esteban.
    
    -¿y que hacías allí?- continuó la interrogación el muchacho.
    
    -me aseguraba que muriera tu padre- manifestó con decisión increíble.
    
    -¡hijo de perra!- exclamó rabioso el joven. Avanzó un par de pasos y amenazó con disparar a su rival.
    
    -¡mátame, adelante. Ni siquiera sabes lo que me hizo tu padre!-
    
    <<¡Es la segunda vez que escucho esa frase!>>sopesó el muchacho.
    
    -¿A qué te refieres con eso?-respondió tembloroso.
    
    -te creía más inteligente, pero solo eres un pistolero común y corriente. Te has ido por la puerta fácil, decidiste matar a los asesinos de tu Padre, pero no investigaste la razón del asesinato- exclamó con decepción el veracruzano.
    
    -¡habla más claro¡- gritaba descontrolado el muchacho.
    
    -¿Quieres saber la verdad?... ¿o solo quieres completar tu tarea?- respondía retadoramente el empresario agrícola.
    
    -¿Qué hacías en el rancho el día que mataron a mi padre?- cuestionó el joven fronterizo.
    
    -¡ya te dije! me aseguraba que lo mataran. Contraté un pistolero para que lo destruyera-respondió Esteban con fastidio.
    
    -¡esto te hace un asesino también!- apuntó su arma el joven vengador.
    
    -¡escúchame… escúchame primero y luego haz lo que quieras!- agitó sus manos Esteban cuando presintió su inminente muerte.
    
    El escandalo crecía en la biblioteca. La conversación se hacía más ruidosa. La madre y la hermana de Esteban descansaban en el patio trasero. Sin embargo, percibieron el ...
    ... peligro dentro de su hogar.
    
    -¡admiro la pasión con la que defiendes a tu padre…. Pero en realidad era un Monstruo!- defendía su postura Esteban quien lentamente bajaba sus manos.
    
    <<no entiendo nada, ¿lo mato?... ¿Qué hago?... ¡Señor ayúdame!>> la indecisión hizo estragos en la confianza del muchacho.
    
    -tienes que saber la verdad- insistió Esteban.
    
    -¡adelante!-concedió el joven norteño sin dejar de apuntar su arma.
    
    -Un día aparecieron dos hombres justo allí donde estas parado. Me ofrecieron participar en un “ajuste de cuentas” con un viejo conocido de ellos y mío. Al principio no me llamaron la atención y estuve a punto de correrlos. Pero su insistencia en hablar me despertó curiosidad. Esos dos hombres eran Adolfo Villarreal y Agapito Ramírez. ¿Cómo supieron donde vivía? pues al igual que tú, dieron conmigo preguntando, ¿Cómo supieron que tu Padre me debía algo?, eso no me extraña. Tanto en San Rafael como aquí todo mundo sabe lo que ocurrió con tu Padre. Primero me explicaron sus motivos para tomar la decisión de asesinar a Juan de la Garza. Al escucharlos me di cuenta que tu Padre era un hombre sin honor y desleal. No merecía otra cosa más que la que sucedió. Adolfo Villarreal era uno de sus mejores amigos. Juntos comenzaron una sociedad donde exportaban e importaban todo tipo de mercancía, “legal e ilegal”. Lo hacían a través de una empresa lechera que no recuerdo su nombre.
    
    -DLG Lácteos- susurró el Joven con mirada perdida.
    
    -Algo así. Esta era solo una ...
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