Mi feminización III (final)
Fecha: 13/03/2019,
Categorías:
Transexuales
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... Puso un collar en mi cuello, con una arandela, algunos lo conocerán como “choker”. No lo ajusto tanto, solo sentí una leve molestia en mi garganta, que desapareció con el correr del tiempo unos instantes después. Buscando en su cajón saco la correa de tela que habían usado Fabián y Diego, cuando me hicieron “jugar” a ser su perrita y la puso en el anillo de mi cuello. Me sorprendí de la decisión pero estaba intrigada por la situación. Me puso un poco de perfume, lo cual había olvidado y ya estábamos listas para salir, parecíamos 2 prostitutas VIP. Ella llamó un remis desde su celular. Cuando subimos al auto pude ver que era el mismo chofer de la otra noche, miraba atento toda la situación sin disimulo alguno, Gabriela me llevaba de la correa puedo jurar que lo vi babear ante la imagen de 2 mujeres que jamás siquiera había fantaseado poseer. “vamos a la construcción” dijo Gabriela, el chofer volviendo en si arranco el auto y salimos. Pude ver que salimos a las afueras de la ciudad, entramos por un campo en medio de la nada, y tras recorrer lo que me pareció más de unos kilometro por un camino de tierra rodeado de monte pude divisar una construcción que parecía abandonada. Nos dejó en la puerta, Gabriela le agradeció, y le dijo que lo iba a llamar para que nos viniera a buscar. Bajamos por unas escaleras de cemento con una baranda oxidada ya por el tiempo que daban hacia un subsuelo. Pasamos por una puerta de lata, y entramos a un pasillo bastante húmedo y apenas iluminado ...
... por un foco tenue, que de no estar ahí la oscuridad hubiera invadido naturalmente. El piso estaba bastante maltratado y con charcos que hábilmente esquivamos mientras tratábamos de hacer equilibrio con los tacos que vestíamos. Una segunda puerta nos llevo a otro pasillo ya mas iluminado en donde en el fondo pude ver la persona mas grande que vi en mi vida. Era de raza negra bastante alto, y una espalda con un ancho que no parecía humano, parecía un oso parado de tamaño. Vestía de traje, sonrió al vernos, bah al ver a Gabriela. - Señorita Gabriela, es un gusto volver a verla por acá. - Igualmente ”tebby”, como están tus cosas? Bien? (no pude evitar sonreír al enterarme que semejante bestia se llamaba o le apodaban “tebby”, trate de disimularlo). - Si gracias a Dios si señorita, trabajando para no perder la costumbre - Vengo con una invitada, ella es Daiana. dijo ella mientras levantaba su brazo derecho mostrando el lazo de la correa que tenía en su muñeca. - No hay ningún problema, que disfruten la velada señoritas, pronuncio mientras abría la puerta a sus espaldas y con su brazo, agachando un poco su cabeza hacia un ademan de permitirnos pasar. - Gaby que es este lugar? - Shhhh abrí bien los ojos, ya te vas a dar cuenta. Descubrilo por vos misma. Nos adentramos en otro pasillo, esta vez más corto en cuyo final se veía una pesada puerta de metal, pude oír música del otro lado. Al abrir esa puerta la música me ensordeció, era música electrónica, los bajos me retumbaban en la ...