1. Ocurrió sin querer


    Fecha: 14/03/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sala de congresos, hubo una cena compartida por todos los asistentes, donde tuve que hacer, enormes esfuerzos para mantenerme en calma, ya que, mi joven "colega" del almuerzo, estaba sentado justo frente a mí, y sin decir palabra, pasó la velada buscando cada oportunidad para cruzar su mirada con la mía, ocasiones que aprovechaba para lanzar sus apasionados mensajes visuales, que durante el transcurso de la cena, fueron gradualmente "minando" mi resistencia a sentir sus "efectos" en mí, de forma que por mucho que intenté mantener mis ojos apartados de los suyos y mi mente de los deseos que mi cuerpo le transmitían, acabé, contra mi voluntad, con las braguitas encharcadas y un picor en el coño que exigía le dedicara mi personal atención.
    
    Con éste pensamiento en la mente y tras terminar el café y los licores, me dispuse a dirigirme a mi habitación para hacerme una soberana paja, cuando el "joven" se me acercó y mirándome fijo a los ojos, me rodeó con su brazo, (ocasión que aprovechó para disimuladamente acariar mi cintura y parte superior de mi culo), y me pidió que le permitiera invitarme a una última copa en el "club" del hotel.
    
    No pude resistirme, o quizá no quise. La verdad es que entre su mirada y su leve roce, estaba temblando como un flan y la sensación era muy agradable, así que acepté.
    
    El "club" era una sala con bar y musica suave, luz tenue, y en esos momentos bastante despejado, ya que la mayoría de los congresistas tenían que madrugar al dia siguiente para ...
    ... regresar a sus ciudades de origen y el dia habia sido muy duro y largo.
    
    Después de pedir las consumisiones, mi acompañante me pidió bailar con el una melodía lenta que sonaba en ése momento.
    
    No habiamos hecho más que salir a la pista, cuando rodeándome con sus brazos, me apretó fuertemente contra él. No me resistí, menos aún cuando empezé a sentir una enorme dureza entre sus piernas que se apretaba contra mi pubis y que según se "refregaba" al ritmo de la música contra mi empapado coño, crecia por momentos en dureza y tamaño. Era increible que su cremallera resistiera la presión de semejante erección.
    
    No me reprimí más, y entregándome a las placenteras sensaciones que empezaban a recorrer mis entrañas, me apreté contra su polla, restregándole con fuerza el coño que rezumaba jugos y empezaba a insinuar un inminente orgasmo. Aprovechando la oscuridad y que estabamos en un rincón del local, que estaba casi vacío, prácticamente mas que bailar, "follabamos" y de pronto, sin darme cuenta, me estaba corriendo suave pero deliciosa y discretamente. No sé si él se percató de mi explosión de placer, al menos hice grandes esfuerzos para qemir lo más quedamente posible, y fué al terminar mi corrida, que la sensatez volvió a mi mente, y aunque me sabia mal "dejarle" en ese estado, balbuceando, excusas incoherentes de "tener que madrugar", "no querer hacerle el feo a mi pareja", etc., huí a mi habitación.
    
    Me desnudé por completo y me estiré sobre la cama.
    
    En la oscuridad, lo ...