LA PATINADORA (patinando una nueva versión) - Relatos Eróticos

LA PATINADORA (patinando una nueva versión)

... olvidés que por allí salen los nenes…
-¿Por la cachucha? – Tampoco lo sabía…
-Si tesoro. Cuando seas más grande y tengas la menstruación, podrías tener nenes…
-Pero…, yo te vi metérsela a mami…, y no quedó embarazada…
-Bueno…, hay métodos para que la mujer no quede embarazada, aunque coja todos los días… - Se lo digo bien “crudo” a propósito… - Está el “condón…” 
-Ah…, si, oí hablar de eso…, bueeee…, una compañerita trajo uno. ¡Se lo sacó al hermano! Nos dijo como se usa y todo…
-¡Qué bien! También hay píldoras y algún otro artefacto… Algunos se los coloca la mujer…
-¿Adonde? – Gladys está interesada. ¡No sé para qué carajo tienen “educación sexual” en la escuela!
-En la concha, por supuesto…
-¿Acá dentro? – Gladys se lleva la mano a la entrepierna.
-Claro…, pero ya lo vas a saber todo cuando seas más grande… - Yo quiero terminar de una vez con los “aclaraciones docentes…” ¡y se la quiero meter…! – Pero vos no tenés problema…, sos chiquita, no vas a quedar embarazada…
Esta conversación me había súper calentado dado que, además, yo no dejaba de sobarla en todo el cuerpo, cuello, pezones, muslos, glúteos, conchita… ¡Todo recorría con mis manos mientras hablamos! Gladys no está indiferente. No deja de acariciármela… ¿Y si nos descubre la madre? 
La tengo sobre mi regazo. Si bien la nena disfruta mi pija entre sus manos, no se mueve demasiado, por suerte, lo que me permite mediatizar el deseo…
¡Había perdido la noción del peligro! Me abrí la bragueta y ...

... saqué la pija…, sin ningún disimulo. ¡Si a la nena le molesta se iría!
No fue así. Acomodó los glúteos de manera de sentir el palo entre ellos.
-Sacate la “bacha” tesoro… - Gladys lo hizo inmediatamente. Se la saqué de la mano y la guardé en un bolsillo.
La levanté de la cintura…
-Agarramela y colocala justo en la conchita. – Gladys no necesitó más instrucciones. 
Sentí el glande entre los labios de la nena. ¡Me estremecí!
-¿Está bien así, Dani?
-Perfecto mi amor… Te voy bajando despacito. En cuanto te duela me decía y paro.
El apretadito conejito me recibió bien humedecido. Parece que la nena hace rato que tiene ganas…
-Bajame Dani, por favor… ¡Quiero que entrés! – Gladys está ansiosa.
La pija entra suavemente, muy apretada. Como está de espaldas no veo muy bien su rostro. Gime quedamente…
-Despacito Dani…, duele un poquito…
-¿Te la saco, mi amor?
-No, no…, dejamela dentro…, me gusta…, pero metémela de a poquito…
-¡Sos toda una mujercita! ¡Cómo me gusta! ¡Ta adoro! – Beso sus lóbulos, el cuello, los hombros… La nena se estremece…
-Ay Dani… ¡qué rico! ¡Es tan rico sentirte!
-¡Es que ya sos una mujercita! ¡La más hermosa!
-¡Qué lindo! ¡Me gusta tanto jugar con vos! – Sin ver…, calculo que algo más que media pija está dentro de su vaginita. Creo que he llegado al útero. No penetraré más. No quiero lastimarla…
-¿Estás bien, mi amor?
-¡Siiii! ¡Es tan ricoooo! – No sé si efectivamente será así para la nena, pero no quiere dejar de ser una “mujer”.