1. Don Chente II; El Viejo Mecánico.


    Fecha: 18/10/2025, Categorías: Sexo con Maduras Tus Relatos Autor: Jessi696, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... excitó aún más, era increíble que después de tanto tiempo, aún pensara en mí.
    Chupé con más intensidad, pasando mi lengua por toda su verga para después llevármela a los huevos y metérmelos a la boca. Él seguía murmurando: "Así, Jessiquita, cómo te extrañé". Me concentré en su verga, metiéndola hasta mi garganta, subiendo y bajando con frenesí. Mi saliva cubría ya su verga y sus huevos, y yo estaba empapada.
    Entonces me subí a la cama, lo jalé hacia mí y me monté sobre él. Primero froto mi conchita sobre su verga mientras le doy besos en el cuello y los labios. Luego acomodé su verga lista para entrar. Le chupé las orejas, se las mordí... y en ese momento despertó. Le susurré al oído: "No es un sueño, mi amor", y guié su verga dentro de mí de un solo movimiento.
    
    Un gemido escapó de ambos al mismo tiempo.
    -Ahhhhhhh...
    -Ahhhhhhhgggg...
    Don Chente me miraba con los ojos vidriosos, emitiendo gemidos ahogados. Estaba tan borracho que no podía hablar, pero su cuerpo respondía.
    Yo cabalgaba sobre él, una y otra vez, sintiendo cómo me ...
    ... llenaba.
    
    -Ahhhhh, qué rica verga tienes, papito murmuraba-, qué rica verga...
    
    Pensé en cambiar de posición, pero él no tenía fuerza ni para levantarse. Con trabajo lograba mantenerse erecto, así que seguícabalgando. Tomé sus manos y las puse en mis tetas, luego en mi cintura. Movía las caderas con más fuerza, gimiendo cada vez más alto.
    
    -Ahhhhh... ahhhhh... me voy a venir, papito...
    
    De pronto, Don Chente comenzó a gemir más fuerte, y sentí cómo su calor me llenaba por dentro. Nos venimos al mismo tiempo.
    Me acosté a su lado, le subí la pierna y descansé unos diez minutos. Pensaba en cómo un hombre de más de cincuenta años me volvía loca, haciéndome olvidar a todos los demás. ¿Sería una locura empezar algo con él? Quizá, pero ese día decidí que seguiría frecuentándolo.
    Tomé papel, me limpié, me llené el calzón de más papel para no mancharme y salí de su casa. La calle seguía vacía. Volví a la mía, me bañé, me cambié y me acosté a dormir, con su recuerdo latiendo aún en mi piel.
    Gracias por leer mi relato. Los amo a todos. 
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