Ari: Prisionero de Mi Piel VII - Relatos Eróticos

Ari: Prisionero de Mi Piel VII

... cuando te niegas. Tus “no” suenan como un “sí” que todavía no te atreves a decir.
Mi respiración era un torbellino. Lo veía demasiado cerca, tan alto, tan fuerte. Yo, tan pequeño, tan débil, temblando bajo su sombra.
—Mi mamá nunca… nunca permitiría esto —dije, como último intento de resistirme.
Él sonrió con malicia.
—Eso lo dices tú. Pero si me viera entrar y salir de tu casa todos los días… tarde o temprano lo aceptaría. Al final, ¿qué madre se resiste a un hombre que quiere a su hija? —Remarcó la última palabra con ironía, sabiendo lo que significaba para mí.
Me quedé helado. Una mezcla de vergüenza, humillación y deseo me atravesó el pecho.
—No… no soy… no soy tu mujer… —dije con voz rota, sintiendo que mis defensas se caían una a una.
—¿Ah, no? —dijo con esa voz grave, inclinándose hasta quedar a la altura de mis ojos—. Pues cada vez que te miro, cada vez que te escucho hablar, cada vez que te tiembla la voz… solo veo a una mujer que aún no se atreve a aceptarse.
Yo quería llorar. Parte de mí quería que se fuera, que me dejara en paz, pero otra parte… otra parte ardía de deseo.
—Jordan… —susurré, cerrando los ojos—. Esto… esto no puede ser…
—Claro que puede —respondió, y sus manos rodearon mis hombros con firmeza—. Lo que pasa es que tú aún no entiendes que ya eres mía.
Mi cuerpo se rindió, aunque mis labios siguieran negándolo. Sentí su cercanía como un fuego que me consumía. Él hablaba de mi madre como “suegra”, de mí como su “mujer”, y aunque esas ...

... palabras me hacían estremecer de culpa, también encendían algo prohibido y adictivo en mi interior.
—Quiero que te arrodilles y te comas lo que tanto te gusta
Un escalofrío recorrió mi espalda. No pude responder. Solo asentí con la cabeza, derrotado por el deseo y la fuerza de sus palabras.
Él sonrió satisfecho, como un depredador que acaba de atrapar a su presa.
—Así me gusta, Ari… obediente.
Obedecí, me arrodille le baje el pantalón y salió ese enorme pedazo de carne que me tenia sometida me lo introduje de a pocos pero no me cabía era muy grande para mi boca, opte por darle besitos y lamerlo eso hizo que su miembro empezara a botar un liquido blanco era saladito pero rico, no se que me paso pero perdí el control y empecé a devorarlo como una experta nunca antes había hecho esto pero no quería defraudarlo, hasta que sentí unas contracciones y termino en mi boca que me hizo ahogar su semen era demasiado que me mancho toda la cara, pero yo seguía hasta dejarlo bien limpio, Jordan se desplomo en el sofa diciéndome lo maravillosa que era,  después de beberme todo su semen con una voz baja le dije mi mama no va venir hasta mañana.
Esto hizo que Jordan se riera y me llevo cargada hasta la habitación donde me hizo el amor, lo hicimos en la ducha en la sala, en la cocina, en el piso en la mesa por toda la casa, acabo conmigo esa noche, hasta quedarnos dormidos abrazados.
Al día siguiente muy temprano Jordán se fue pero no sin antes hacerme el amor nuevamente, me pidió que le sacara ...