Anoche soñé contigo - Segunda parte
Fecha: 17/03/2019,
Categorías:
Masturbación
Voyerismo
Primera Vez
Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster
Segunda parte:Y así fue, desde esa noche, cada que terminaba el día, era cita obligada para que aquellos dos se posaran en la azotea a mirar aChabela.La sensualidad de la hembra los tenía enganchados. Y es que, si sólo estuvieran espiando a una mujer cualquiera, tal vez en unos días pasaría el furor, pero ésta era una hembra deCoatza, y las mujeres de por allá heredan unas tremendas carnes; una cachondería propia y una pasión que les recorre las venas y el cuerpo. No por nada aquellas chamacas son desvirgadas bien pronto. Son, sin duda, de sangre caliente y desde bien morrillas se les nota. Sin embargo, esto ni lo sabían aquellos dos. Lo único que sí se hacía patente ante sus ojos era la sensualidad de la hembra.Toto no sólo “saludaba a su amigo” cada noche; como suele decirse; sino que inició una serie de frecuentes visitas a su otro amigo,Quique, con tal de ver a la muchacha. Incluso comía con él y sus padres.—Aquí tienes —le decía Chabela a Toto, cuando le servía los alimentos durante la comida.—Gracias —respondía Toto, un tanto cohibido por la sonrisa y el amplio escote que la chica le ofrendaba.—Llámale Chabelita, así le gusta, ¿verdad mi’ja? —decía Fernando, el papá de Quique, jugando coquetonamente con la muchacha cuando no lo veía su esposa.Por su parte, ambos pre-adolescentes no perdían oportunidad para mirarla totalmente embobados. Y es que la chamaca tenía unas caderas bien abiertas, y unas posaderas de tal forma y tamaño que daban ganas de tomarlas a dos ...
... manos. Tales gajos de carne; ya fuera acentuados por una faldita bien cortita y apretada, o bien empaquetados por su usual pantalón vaquero súper entallado; invitaban al “pecado”.Ya cuando los papás de Quique los dejaban solos, los chicos hacían ademán de agarrarle las carnes mientras Chabela hacía sus quehaceres y no se daba cuenta, pero ninguno se atrevía a hacerlo de verdad, sólo jugaban entre ellos. Aún les quedaba algo de chiquillos y temían cómo aquella podría responder, o, si se llegaran a enterar sus padres, el castigo que se llevarían. Así que simplemente se reían de tales ocurrencias y se retaban entre sí para ir más lejos.Era así que los chicos se pasaban el tiempo mayormente en casa de Quique, disque viendo la tele, pero realmente viéndole las sensuales curvas a la chica, quien realizaba el aseo de la casa. Aún en tal actividad, sus meneos era totalmente sexosos, como si lo hiciera adrede, y es que se acompañaba de música al hacerlo. La música que a ella más le gustaba, la deLa Tropicosa, grupo musical de auge por su tierra. Al ritmo de aquellas melodías su cuerpo desbordaba sensualidad.Obviamente que dicha experiencia, es decir, el ver tan frecuentemente a una chica así, en tales meneos, traería consecuencias: Unas ricas e inspiradas chaquetas, para cada uno de ellos, sin duda, pero, más aún, unos sueños húmedos que dejaban los calzones de Toto bien empapados.Y es que su imaginación y su deseo hacían buena mancuerna en aquellas noches.Las situaciones que él vivía, ...