1. Anoche soñé contigo - Segunda parte


    Fecha: 17/03/2019, Categorías: Masturbación Voyerismo Primera Vez Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    ... oníricamente, eran variadas, pero en todas destacaban las curvilíneas formas de Chabela. Esas hermosas formas naturales.Tal era el impacto que esas redondeces habían dejado en el púber muchacho. En dichas fantasías oníricas se le exponían desnudas y pletóricas. Tales gajos parecían dispuestos a ser manoseados. Toto podía sentir su textura, su suavidad, su peso, incluso podía olerlas, y olían a perfume de violetas, como ella.En uno de aquellos sueños vio el trasero de la chica justo encima de su propio rostro, casi amenazante. Ella lo volteaba a ver hacia abajo y le sonreía maliciosamente, para, inmediatamente después, sentársele encima. Era tan real la experiencia que se sentía asfixiarse por tan tremenda carga sobre su cara, a la cual cubrían completamente aquellas mejillas traseras. La sensación de ahogo que Toto padeció fue tan intensa que se despertó, descubriendo así que, en realidad, estaba bocabajo sobre su propia almohada.Al darse la vuelta, y respirar profundamente, se fijó que sus calzoncillos parecían tienda de campaña pues, a pesar de ya haberse despertado, no se le bajaba la excitación.Una tiendita cuya tela estaba notablemente mojada.Al día siguiente, Toto lavaba su ropa en el lavadero ubicado en el pequeño jardín trasero de su casa. Extrañamente se había ofrecido a hacer tal tarea, según él, para ayudar a su madre.Pero claro que en realidad Toto lavaba su propia ropa para evitar la vergüenza de queIrma notara las manchas blanquecinas que toda su ropa interior ...
    ... llevaba, como marca personal. Así que lavó todos sus calzones lo mejor que pudo.Gerardo, no obstante, los vio colgados en el tendedero, y se dio cuenta del hecho. Se acercó a Toto disimuladamente y le dijo:—Sabes Toto, podrías usar vinagre y sal para quitar esas manchas. Con eso se quita sin problema y no queda rastro, créeme, lo sé por experiencia —dijo Gerardo y sonrió.Toto lo miró un tanto serio, con una expresión de: “bueno, y a ti qué”. Gerardo se alejó de allí.Más tarde Toto reflexionó. Recogió sus calzones y los lavó tal como Gerardo le había recomendado.Al anochecer, teniendo la casa para él solo; Gerardo y su mamá habían salido; Toto se tendió sobre una colchoneta que él mismo había subido a la azotea, para hacer su ritual nocturno junto a su amigo Quique. Esta vez cada uno tenía con qué mirar, pues Toto le había pedido un telescopio a su padre, a quién veía una vez por semana. Así que ambos jóvenes espiaron a Chabelita (como el padre de Quique insistía en llamarle). La joven se desvistió al ritmo de La Tropicosa.Fueron tan entregados sus movimientos que el meneo de su cuerpo despertó las ansias de fornicar de los dos jóvenes que la miraban. La chica de piel morena, ensanchada de caderas, provocó repentinas erecciones en ambos compañeros de experiencia.Rieron al ver que los dos la tenían bien parada. Entre sí no había p**o, creyeron, así que, superando su vergüenza, cada uno sobó su respectivo miembro sin empacho del otro. Fue así como la experiencia quedaría grabada ...