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Ari: Prisionero de Mi Piel XIV
Fecha: 04/11/2025, Categorías: Transexuales Tus Relatos Autor: EntreLineas, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... pegada al cuerpo, todavía húmedo, el pelo desordenado. Cerré los ojos un momento, pero entonces escuché el golpeteo suave en la puerta del pasillo. —Ari… —era la voz de mamá, apagada, temblorosa—. ¿Estás bien? Me incorporé de golpe, helado. Había escuchado. Dios mío, había escuchado. —S-sí, mamá, estoy… estoy trabajando… —mentí, con la voz quebrada, demasiado femenina, demasiado culpable. El silencio del otro lado fue peor que cualquier grito. Luego, su voz llegó otra vez, baja, como si no quisiera oírse a sí misma: —Hijo… dime la verdad. Ese muchacho… ese hombre que entra cuando yo no estoy… ¿es él quien te hace llorar? Me llevé las manos al rostro, las lágrimas brotando sin control. No podía dejar de sollozar. —No es como piensas, mamá… —¡Entonces cómo es! —exclamó ella, golpeando la puerta—. ¡Te escuché, Ari! ¡Escuché tus gritos! No me digas que es solo un compañero de trabajo. Ese hombre te está usando, ¿no? Te está sacando dinero, te está amenazando. ¡Lo vamos a ...
... denunciar! El suelo pareció abrirse bajo mis pies. Mis labios temblaban, quería gritar la verdad, pero las palabras no salían. Al final, desesperado, solo dije lo primero que me vino a la mente: —¡No, mamá! ¡Él es mi amigo! Es un chico nuevo en la empresa… yo lo estoy capacitando, por eso viene. Nada más. Y los gritos en tu habitación Ari que significan… Nada mama estábamos viendo una película… Por que lloras hijo, dime la verdad, ábreme la puerta, soy tu madre puedes confiar en mí, yo te puedo ayudar… Todo esta bien mama por favor ya no me preguntes más, mañana hablamos estoy muy canzada – do… buenas noches mama. Ella no respondió. Escuché sus pasos alejarse pesadamente hacia la sala. Yo me desplomé sobre la cama, abrazando la almohada que todavía guardaba el calor de Jordan, y me eché a llorar hasta quedarme sin aire. Sabía que mamá no me había creído. Sabía que sus sospechas crecerían. Y, aun así, mi cuerpo ardía en silencio, esperando que mañana volviera a sonar esa moto.