1. Gavilán y paloma. El hombre estrenó a la hija del socio pero ella fue el gavilán


    Fecha: 18/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... ciclos por otros siete no hay problemas, dentro de la urgencia y la calentura, hasta tuvo tiempo para serenar el ánimo y ofrecerse para más.
    
    Terminar adentro, otro motivo más para ponerme feliz. Apuré con la movida, tocando el clítoris, tanto, que llegó al orgasmo antes que yo. Delirante orgasmo de ella, sacudiéndose, estalló el mío, un fuerte y caliente chorro de semen llenando la vagina, dos más o menos igual firmaron la diplomatura de hacerse mujer, ¡bienvenida al sexo!
    
    Abrazados, desganado retiro de su conchita, no quería salirme, quería quedar toda la vida.
    
    Nos repusimos, estaba dichosa, pero dolorida, con la concha latiendo aún a consecuencias de la brutal cogida soportada. Solo unas gotitas de sangre coronaban el glande cuando salió de la desfloración.
    
    Estábamos regresando, en el auto, cuando me hizo detener, me pide urgente un pañuelo para colocárselo en la conchita, para no mancharse con la sangre que recién ahora le salía por la rotura del virgo. Dimos gracias por ser ahora y conmigo, la rápida acción le evitó problemas en casa. La dejé un par de cuadras antes, la seguí a distancia por cualquier imprevisto. Caminaba despacio, dolorida, recuerdo de su primer hombre, condecoración par el ego.
    
    A los dos días repetimos, resultó menos doloroso, y más placentero para. La relación fue creciendo, relaciones sexuales se hicieron algo regular y programado, nos habíamos convertido en amantes ocultos. Le enseñé cuanto pude, a chuparla ni hablar y a tragarse ...
    ... mi semen.
    
    En nuestro primer aniversario de amantes, como siempre en un hotel, pero ese día estaba indispuesta, pero no faltó a la cita. No fuera que me quedara con ganas de garchar y le llevara la calentura a mi esposa. Me hizo desnudar mientras fue al baño, al salir se presentó con un gran moño en la cola.
    
    Dándose vuelta, dijo:
    
    - Desata el moño, ¡mi culito es para vos!
    
    Estaba indispuesta, como opción ofrecía la colita, que siempre defendió con mucho énfasis, a capa y espada, ahora no tenía espada y en lugar de capa, un moño. Temía un desgarro por estrecha y el grosor de la verga. Al desatar el moño, solo una brevísima tanga, por detrás tan sólo un delgado hilo. De bruces en la cama, sobre una almohada eleva hacia mí su culito tantas veces pedido, como negado. Todo para mí. Es tiempo de gozarlo.
    
    Pensó en todo, trajo un pote de crema. Aparté la fina tirita de encaje, unté el ano, friccioné el esfínter, un poquito en la cabeza. Apoyo en el aro humectado, con mucho cuidado, fuerza el músculo anal, otro poco y apenas entra, vuelta a presionar en él, cede otro poco entrando la cabeza, le duele, pero colabora, empujando hacia mí.
    
    Sostengo firme la presión para evitar que se salga, tomo de los hombros y pido que aspire fuertemente, por la boca. Es el momento, la penetro con todo, entré y detuve el movimiento.
    
    Acostumbrada a la presencia de la verga, duele la metida. Me disculpo por no poder ser todo lo delicado que merece, no me puedo aguantar sin moverme con ...
«1...3456»