1. mi feminizacion


    Fecha: 20/03/2019, Categorías: Transexuales Autor: karlaguadalupe, Fuente: xHamster

    ... produjera el ansiado reencuentro.Recuerdo la vez que mi tío se ausentó por una larga temporada, cómo la espera se hizo interminable y cómo mi apetito sexual se fue intensificando día a día hasta que no pude más y comencé a masturbarme con cuanto objeto tuviera a mano que pudiera suplir en tamaño y forma un pene (a mis trece años no podía ni pensar en comprar un dildo). Así fue que empecé primero introduciéndome los dedos de mi mano; luego probé con algunas hortalizas: zanahorias, pepinos, etc., logrando obtener buenos orgasmos, aunque nunca tan satisfactorios como los obtenidos con mi tío.También por esos días hizo irrupción en mi psiquis una novedad que, como comprendí más tarde, constituyó un paso más en el camino hacia mi feminización: en los momentos en que me ponía cachonda, junto con las fantasías tradicionales aparecieron unas nuevas en las que me veía con ropa de mujer. En realidad, creo que esto comenzó con los sentimientos que me despertaba el espectáculo de mi hermana en ropas íntimas las veces que logré espiarla cuando estaba en su dormitorio. En esas ocasiones, la visión de mi hermana con su sensual cuerpo femenino, su suave y tersa piel apenas cubierta por una mínima bombachita y un aún más escueto corpiño, me erotizaba enormemente pero no por el deseo hacia ella sino por el deseo de estar en su lugar, teniendo esas voluptuosas formas y esa piel y apenas cubiertas por esas eróticas prendas. Pronto estas visiones se trasladaron a mis fantasías y comencé a ...
    ... fantasear en forma cada vez más insistente con la idea de vestir esas prendas. Llegó un momento en que la obsesión era tal que no pude resistir más: venciendo las resistencias que me producía la idea de invadir el espacio de mi hermana, un día en que yo estaba sola en casa no pude más y entré a su dormitorio. Como una desesperada abrí los cajones en que yo había visto que guardaba sus prendas más íntimas y comencé a probármelas, mirándome en el espejo de la habitación. No tengo palabras para describir el placer que me producía sentir el contacto de esas prendas sobre mi erotizada piel y verme reflejada en el espejo vistiéndolas.De todas las prendas que probé, la que me resultó más erótica fue un tailleur muy ceñido al cuerpo, con una pollera tan cortita que al ponerme de espaldas al espejo, veía que dejaba asomar mis nalgas por debajo de su ruedo, como había visto en tantas fotos de vedettes y modelos que se publicaban en diarios y revistas y me erotizaban tanto. Rápidamente este ritual de travestirme con las prendas de mi hermana se incorporó a las prácticas eróticas a que me entregaba cuando quedaba sola en casa y poco a poco fui perfeccionando mi habilidad para elegir las prendas de modo de componer una imagen mía lo más erótica posible. Además, tomé la determinación de que, para el próximo encuentro con mi tío, llevaría a su casa uno de esos sensuales conjuntos para darle una sorpresa.Otra novedad acaecida durante esos días en que, a raíz del viaje de mi tío, debí arreglármelas ...
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