1. Vicky


    Fecha: 20/03/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... teléfono público, llamó a la madre del bebé y a su casa, volvió al auto y dijo:
    
    - Ella ya llegó y debemos llevar el niño, por otra parte en mi casa no hay agua, puedo ducharme luego en la tuya para quitarme la sal. - Por supuesto, contesté.
    
    Inmediatamente me dirigí a Cumbres de Curumo, a casa de su amiga a llevar al bebé, luego de las presentaciones de rigor, los comentarios acerca de lo bien que la pasamos, cómo se comportó el niño, que si nos dio problemas, - que no, que no fue ningún problema, que lo pasamos de maravilla con el niño, etc., etc., tomamos rumbo a mi departamento en La Candelaria, durante el camino, perdí la cuenta de las veces que Vicky me recordó mi compromiso de comportarme como un caballero, de no abusar y bla, bla, bla....
    
    De hecho, tanto hablar del tema ya me venía encabronando, pues me ladilla sobremanera sentirme regañado por anticipado, es decir que me reclamen o me hagan sentir culpable de lo que pueda ser que pase, más no pasará si depende de mí que así sea. Yo ya había prometido mantener la distancia y para mí eso era más que suficiente, lo que había pasado en la playa era algo que traté de evitar pero se escapó de mi control y no tenía la más mínima intención de repetirlo, menos aún después de todo aquel largo monólogo acerca de si estaba mal, de que no debió haber ocurrido, de que recordara mi palabra y ..., en fin.
    
    Lo cierto del caso es que llegamos a La Candelaria, aparcamos, subimos al departamento, le indiqué a ella dónde estaba ...
    ... mi habitación y el baño, la dejé sola y me fui al salón, coloqué un disco, me serví un trago y me acosté en la alfombra a escuchar la música y campanear el trago, me encontraba más bien molesto ya que tanto discurso me hacía sentir culpable y yo sabía que no era culpable de nada porque no había pasado nada, cuando la besé en la playa había intentado retirarme y ella había insistido en que siguiera con lo de la crema y el masaje, estando así, medio desnuda, y ahora, ..., ahora, estaba en mi habitación y yo estaba aquí en la sala como un zoquete escuchando música sin hacer nada que faltara a mi palabra y ella estaba dentro de mi cabeza dedicándose a recordarme que debía dejarla en paz.
    
    Por fin salió de la ducha y me dijo que podía pasar al baño, entré, cerré la puerta, ella se había retirado a mi habitación, llené la tina, me sumergí y me hice un tremendo pajaso (me masturbé), me duché, me envolví en una toalla ya que ella se había llevado mi bata de baño y salí hacia mi habitación, me imaginaba que ella debía estar ya en la sala.
    
    Al abrir la puerta de mi habitación la encontré sentada en mi cama, cubierta con mi bata de baño y secando su cabello con una toalla, yo, parado en la puerta, cubierto sólo de la cintura para abajo con otra, no podía ocultar mi erección, ella me vio y la expresión de su rostro fue la cosa más divinamente indescriptible que he visto en mi vida, era una mezcla entre asombro y ansia, apetito, placer, lujuria e ingenuidad, sus ojos parecían saltar ...
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