Mari mi clienta terminó siendo mi amante - Relatos Eróticos

Mari mi clienta terminó siendo mi amante

... delgadas casi ni se notaban, ni varices. La recosté en la cama y ella soltó su sostén, mientras yo bajé a su vagina, jugueteé con su tanga unos minutos, mientras miré como se mojaba, se la quité con los dientes, y le rocé con la punta de mi lengua sus labios vaginales, ¡comencé a morder sus entre piernas!, y despacio con mis dedos, lento abrí su vagina, la chupé por un rato hasta que me decidí y jugué rápido con su punto, lo chupé, jalé lento con mis labios sin morderlo. Ella solo daba gemidos “¡aaaaaiiiii!!! ¡aaaaaaiiii!!!, apretaba mi cabello y lo jalaba cada vez que me dedicaba a su punto, “¡que rico!!”, decía con voz aguda y casi sin aire.

Paré y besé sus piernas, se subió arriba de mí y me dijo_

—¡Lograste mi primer orgasmo!!! Quiero más.

Comenzó a moverse atrás, entré fuerte, cada vez más rápido, gemía en voz baja “… ¡sii!! ¡Sii!!! ¡Que rico!!!!”. A los minutos, paró de repente y miré que abrió sus ojos de golpe, me asusté, pensé que la había lastimado, y solo dijo “¡noooo!!! ¡Noo!!! ¡Aun no!!!” con voz baja.

La recosté de nuevo y me subí encima, comencé a darle con sus piernas abiertas sosteniéndola de los tobillos con mis manos, yo gemía mucho, pero trataba de concentrarme para no venirme pronto.

Cuando ella me dice “¡ponme de 4!!”, la giré y mientras ella se agarró de la cabecera de la cama, comencé a darle, pero esta vez muy duro, mis testículos daban golpes fuertes con sus nalgas, la verdad si me dolía un poco, eso ayudó a distraerme para no ...

... venirme, de su boca solo se escuchaba un ¡aaaaaiiii!!!!! ¡Aaaaiiiiiii!!!! ¡Dame!!! ¡Dame!!!!!! ¡Siiii!!

Yo ya estaba para venirme, así que solo me acomodé y me apoyé sobre su espalda, con mi pecho en su espalda y una mano sobre la cama para darme apoyo, con mi otra mano libre, comencé a sobar su vagina en círculos para todos lados, estaba súper mojada, ella me decía “¡espera!!! ¡Espera!!!” ya con voz más fuerte.

La penetré y bombeaba al mismo tiempo que movía mi mano en su vagina, no aguanté mucho, ya cuando sentí un cosquilleo en mi pene, ella me decía “¡espera!!”. Nuevamente, cuando sentí como si se hubiera orinado, y por dentro sentí con mi pene como si algo se hubiera reventado y se sintió todo caliente adentro, fue cuando yo también me vine, fue un chorro mutuo que los dos gritamos. Pude notar que ella estaba muy cansada, se dejó caer en la cama y aun yo penetrándola con el chorro saliendo de su vagina, mi semen y su líquido, le di los ultimos empujones ya que no quería lastimarla.

Solo solté aire, mis piernas casi no respondían, ella igual me decía:

—¡eres un cabrón!!!... me duele todo, ¡mis piernas están temblando!!!!

Yo solo reí, no podía hablar, me faltaba aire, cuando ella me dijo:

—¡sabes!!! Solo una vez había sentido esto y ¡fue hace años!

—me falta aire, ¡estoy mareado Mari! Me exprimiste. ¡No creo que me valla salir semen por varios días!!!!! Jajaja —comencé a reírme.

Después de un rato, nos duchamos rápido y fui a dejarla para que agarrara un ...